La Policía Local de Xàbia notificó anoche a los responsables del Molí Blanc que el ayuntamiento ha suspendido de forma cautelar la licencia de actividad de esta discoteca que, en la madrugada del miércoles al jueves, superó el aforo y vivió en su puerta un tumulto al quedarse en la calle 400 jóvenes, muchos de ellos con la entrada anticipada comprada. La sala, que tiene varios expedientes abiertos, dispone ahora de dos días para alegar. El consistorio considera que al rebasar el aforo y propiciar la gran concentración de gente en la calle cometió una infracción muy grave ya que puso en peligro la seguridad de las personas. Al tiempo, la conselleria de Justicia tramitará la revocación definitiva del permiso de actividad de un local histórico de Xàbia (abrió en 1968, pero ha cambiado muchas veces de propietario). No acabará el verano abierto.

La discoteca tuvo que ser desalojada el jueves a las 4.30 horas de la madrugada por superar el aforo permitido y formarse en su entrada una aglomeración de clientes enfadados y tan apretados que acabaron dándose empujones. En la puerta, se concentraron más de 400 jóvenes. Muchos habían comprado su entrada de forma anticipada. Denunciaron que se vieron envueltos en «avalanchas humanas» cuando lo habitual es que se habiliten dos accesos, uno para quienes compran la entrada en taquilla y otro para los que la han adquirido de forma anticipada.

Los empleados de seguridad del Molí Blanc, desbordados, decidieron cerrar las puertas de la discoteca. Fue la chispa que desató el tumulto en la multitud que se quedó fuera. Dos chavales, atrapados entre los empujones, tuvieron que ser trasladados a un centro sanitario. Una chica sufrió un ataque de ansiedad y un joven se cortó con cristales rotos.

La Policía Local y la Guardia Civil intervinieron con rapidez para disolver a la muchedumbre. Desalojaron la discoteca por las salidas de emergencia para evitar que los jóvenes se dieran de bruces con la multitud que pugnaba por entrar. Los policías tardaron dos horas en desalojar la discoteca y las calles que la rodean. Mientras, los jóvenes que ya estaban dentro para disfrutar de la actuación del grupo de música electrónica The Zombie Kids (venían de triunfar en el Medusa Sunbeach de Cullera) y los que se quedaron en la calle presentaron un alud de reclamaciones.

La dirección del Molí Blanc aseguró ayer en su página de facebook que «en ningún momento se superó el aforo». Sí que admitió que «no se acertó con las medidas tomadas» ante la avalancha de clientes que se quedaron en la calle. La discoteca deslizó que la culpa es del ayuntamiento por no atajar el «botellón masivo» que se forma en el exterior del local. Y atribuyó el tumulto a que de golpe se produjo «una masiva afluencia a la entrada de la discoteca de los jóvenes procedentes del botellón».