Un vecino de Dénia de unos 50 años irrumpió ayer en una sucursal bancaria de la calle Marqués de Campo hecho una furia. Prodigó amenazas a los empleados. Y para demostrarles que iba en serio les enseñó los aerosoles de gas pimienta que llevaba en los bolsillos. Había tenido unos problemas con unos ingresos y estaba fuera de sí. Uno de los trabajadores avisó a la Policía Local, que envió al policía de barrio de Marqués de Campo. Cuando el agente se acercó al hombre, éste le apuntó con el aerosol y le lanzó una ráfaga a los ojos. Pese a quedar aturdido y cegado, el policía logró reducir al vecino, que acabó arrestado por agredir al agente y alterar el orden público.

El policía de barrio fue trasladado a un centro sanitario. Tenía los ojos irritados. Evolucionó bien y, al final, bastó con llevarlo a la mutua.