­Un hombre de 75 años y de nacionalidad belga acabó el jueves por la noche en Calp con la vida de su esposa, de la misma edad, al golpearla brutalmente cuando ella estaba ya acostada. La golpeó en la cabeza, según las fuentes de la investigación consultadas por este diario, con la peana de mármol de una estatuilla y con una tabla de madera de cortar embutido. Los agentes de la Guardia Civil hallaron los dos objetos manchados de sangre.

El presunto asesino, que se llamaba Jack Mertens y había nacido en Bruselas, tapó luego el cadáver con una manta. El crimen ocurrió sobre las 20 ó 21 horas del jueves. La mujer, Jaqueline Luykc, también era oriunda de la capital belga. Ambos tenían establecida, sin embargo, la residencia en Andorra.

El hombre, tras matar presuntamente a su esposa, cogió las llaves del apartamento al que el matrimonio llegó el pasado 17 de octubre. La vivienda está en la sexta planta del edificio Apolo XIV, en la turística avenida de Europa de Calp. Salió a la escalera y cerró con llave. Llevaba una pequeña escalera. Subió en el ascensor hasta el noveno piso y abrió una ventana del rellano. Se encaramó a su escalerilla y se lanzó al vacío. Cayó sobre una repisa que está en el primer piso. Se suicidó sobre la medianoche o un poco después. Nadie en esta finca, que tiene unos 160 apartamentos, casi todos dedicados al alquiler turístico, se percató entonces de que el anciano se había quitado la vida.

El cuerpo lo descubrieron horas después los obreros del hotel que ahora se está construyendo justo al lado del Apolo XIV. Sobre las 8.30 horas, divisaron un cadáver sobre una repisa. No había caído al suelo. De ahí que nadie que saliera temprano del edificio lo descubriera. Los trabajadores dieron la voz de alarma.

Acudieron agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. Subieron a la repisa y comprobaron que el hombre llevaba muerto varias horas. Vieron claro que se había lanzado desde el noveno, ya que solo en esa planta había una ventana abierta. Es probable que el presunto homicida hallara las ventanas del rellano del sexto, donde estaba su vivienda, cerradas fuertemente y no pudiera abrir ninguna. Fue comprobando, según indicaron las fuentes, varias manillas. En la novena planta, dio con una que sí pudo abrir. Y desde esa ventana se lanzó al vacío.

Los agentes cogieron las llaves y subieron al apartamento. Descubrieron a la mujer muerta y tapada con una manta. Estaba en su habitación, echada en la cama. El matrimonio dormía en cuartos separados. Al marido lo habían visto sus vecinos por última vez, según las mismas fuentes, a las tres de la tarde del jueves.