Primero fueron los partidos de fútbol en diferido. Luego el despido en diferido de extesorero del PP, Luis Bárcenas. Ahora el Ayuntamiento de Calp ha inventado la planificación urbanística en diferido. No quiere que se construyan más adosados en las montañas del municipio, en concreto en la Serra d´Oltà y en Toix. Además, deja fuera de ordenación «en diferido» las viviendas agrupadas que se han levantado en estas laderas. Las promotoras apostaron por esta tipología en los años de la burbuja inmobiliaria. Los bungalós salían más rentables que los chalés. Oltà y Toix, que son zonas de gran valor paisajístico, se llenaron de hileras de adosados.

El gobierno local (PP e independientes) llevó a pleno hace un año la suspensión de licencias en el suelo urbano consolidado de Oltà y Toix. Ahora, el equipo de gobierno y la oposición (PSPV, Compromís y Sí se Puede Calp) han dado luz verde a la modificación parcial del PGOU que entierra los bungalós. Ya no se podrán construir más. No obstante, en Oltà aún se vende suelo «con la posibilidad de construir adosados».

Los ya construidos quedan ahora en el limbo. La modificación del PGOU los deja fuera de ordenación «en diferido», es decir, con efecto retroactivo.

El portavoz del PSPV, Santos Pastor, pidió a la concejala de Urbanismo, la popular Ana Sala, que le aclarara qué efectos tendría ese nuevo marco urbanístico para los propietarios de bungalós. Especuló con que se encontrarán en la misma situación que los dueños de casas afectados por un deslinde marítimo-terrestre.

El alcalde, César Sánchez, del PP, indicó que estas dudas se abordarán durante los 45 días en los que la modificación puntual del Plan General estará expuesta al público.

Ana Sala reconoció que el veto a los bungalós llega cuando el mal está hecho, ya que Toix, sobre todo, «está prácticamente todo urbanizado». Avanzó que para construir grandes chalés será necesario realizar un estudio de integración paisajística. «Si se levanta un mamotreto de muro también hay impacto», advirtió.