La Secretaría de Estado de la Seguridad Social no le ha dado muchas vueltas a la queja que presentó Josep Vicent Lozano Seser el pasado 2 de septiembre cuando su madre se topó, en la delegación de Dénia de la Seguridad Social, con un empleado que se negó a teclear los números de su DNI en la pantalla de citas. El trabajador era un vigilante de seguridad. Daba los turnos. Pero rehusó hacer ese trámite porque la mujer le habló en valenciano, aseguró ayer Lozano Seser. «Le pedimos explicaciones de por qué no quería atendernos, pero su respuesta fue un tajante "porque no"», indicó. «Y eran números, que tampoco le resultaba tan difícil entenderlos».

Aquel día presentó una queja en la que reflejaba que «se han negado a atendernos en nuestro idioma y taxativamente nos han dicho que le diéramos el número del DNI en castellano». En la queja, el denunciante hacía constar que el «trato que nos han dado es denigrante e ilegal, además de fascista».

«La respuesta que nos ha llegado ahora es el mismo modelo que se utiliza para cualquier tipo de incidencia. De esas en las que se indica que ¨seguimos trabajando por un buen servicio"», explicó ayer Lozano Seser, quien lamenta que la Seguridad Social se haya tomado tan poco trabajo en aclarar por qué se incumplió un derecho constitucional. Recordó que el guardia de seguridad se mostró incluso «desafiante». Al final, fueron él y su madre quienes teclearon directamente el DNI. Y luego, en las mesas de atención, ya no tuvieron ningún problema y les atendieron en valenciano.

Pero la actitud del vigilante que realizaba el primer trámite, el del turno, les indignó. «Si a un ciudadano se le negara la atención en castellano en un organismo público valenciano o catalán, el titular abriría las noticias y los diarios, y tertulias del Estado y todo el mundo hablarían de imposición y abuso», reflexionó Lozano Seser.