En marzo de 2017 se cumplirán 30 años desde que el entonces primer ministro francés, Jacques Chirac, y el presidente de The Walt Disney Company, Michael D. Eisner, rubricaran el acuerdo definitivo para que Eurodisney se instalara en París. En España se ponía fin a dos años de incertidumbre, ya que entre 1983 y 1985 la compañía se había fijado en varias zonas del litoral valenciano: Cabanes-Torreblanca, Santa Pola y el marjal de Pego-Oliva.

La candidatura del marjal de Pego-Oliva „el «Pla», como conocen este paraje de unas 1.500 hectáreas los olivenses„ contó con la complicidad de los gobiernos central y autonómico, pero en Oliva hubo división de opiniones entre partidarios y detractores. Y fue un episodio más en el debate sobre la conveniencia o no desecar el marjal.

El cultivo del arroz se introdujo en el marjal a mediados del siglo XIX, pero hacia 1970 se había abandonado. Es entonces cuando el Ministerio de Agricultura franquista aprueba un «Plan de Transformación de las Tierras Arrozales», que contemplaba una reagrupación de parcelas y la desecación de 900 hectáreas de marjal para otros cultivos.

Pero en el otoño de 1985 fuertes lluvias inundaron el «Pla» y demostraron la ineficacia de las obras faraónicas. Y en noviembre de ese año, ejecutivos de Disney llegaron a sobrevolar la zona con una avioneta. Despejada esa incógnita, a partir de 1986 se emprendió un camino orientado a salvaguardar este espacio natural. En diciembre de 1994 las Corts aprobaron la protección de 1.255,19 hectáreas del marjal como parque natural.

Vicent Berbegall Peiró fue concejal socialista entre los años 1983 y 1991. Recuerda una comida entre representantes de la Disney, de la Diputación, de la Generalitat y autoridades locales para intentar desatascar el tema del parque de atracciones. Opina, pese a los años transcurridos, que el complejo de ocio norteamericano «hubiera dado trabajo y riqueza a la zona». En frente, Imma Seguí Pérez, concejala entre 1989 y 2007 que coordinó la campaña de Unió del Poble Valencià (embrión del Bloc), «Salvem la Marjal». «La montamos porque PP y PSOE habían cambiado su voto en el pleno», puntualiza. Hubo recogida de firmas, reparto de pegatinas, folletos... La campaña, recuerda, duró hasta que el entonces alcalde pronunció aquello de: «De savis és rectificar».

La declaración de parque natural para el marjal no acabó con los conflictos en el «Pla». Pero esa ya es otra historia.