Carlos Fornés, un vecino de Ondara de 54 años, durmió anoche en su cama. A media mañana, no las tenía todas consigo. Se veía en la calle. Carlos, conocido como Carrillo, salió de su piso para ir al banco a pagar facturas de la luz. No quería que, como le ha ocurrido otras veces, le cortaran el suministro eléctrico. Al regresar, se dio de bruces con una comisión judicial. Le estaban cambiando la cerradura. Lo desahuciaban. Sin previo aviso. Este vecino, que lleva cuatro años y medio sin percibir ningún ingreso y no puede, por tanto, pagar la hipoteca, insistía ante la comisión en que todo debía ser un error, en que había llegado a un acuerdo con el banco para pagar un alquiler social de 50 euros al mes.

Carlos Fornés se pudo en contacto con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de la Marina Alta, entidad que en julio, cuando el desahucio parecía inminente, empezó a negociar con el BBVA un alquiler social. El pasado mes de octubre el banco aceptó. El contrato se debe firmar en diciembre.

«Al final, se han dado cuenta de que todo era un error. Pero hemos pasado todos horas de mucha angustia», indicó a este diario María José Juárez, portavoz de la PAH de la Marina Alta. El banco no informó al juzgado del acuerdo.

El desahucio se paralizó cuando ya estaba hecho. Carlos Fornés estaba en la calle. Le habían cambiado la cerradura de su vivienda.

Tuvo, de hecho, que venir otro cerrajero a poner un nuevo bombín. A mediodía, el afectado pudo entrar de nuevo en casa. El próximo mes cumple 55 años y podrá tener una ayuda de 426 euros al mes.

Pero Juárez avanza que a Carlos ese dinero le va a venir justo para subsistir. Tiene que pagar alquiler, luz y agua. En algunos periodos, le han cortado el suministro eléctrico y de agua, al no poder pagarlos.

Además, los representantes de la PAH descubrieron ayer que una familia marroquí de la misma calle está amenazada también de desahucio. El lanzamiento se llevará a cabo dentro de diez días. «Vamos a intentar que se le dé también un alquiler social», indicó Juárez.

«Lo que no entendemos es que en Ondara estemos así. El pleno aprobó declarar la ciudad libre de desahucios. En la comarca, sigue habiendo. El problema existe. Más escondido, pero existe», advirtió.