María Ferrer Miralles decidió plantar cara a la enfermedad. Sin miedo. En junio, al acudir a una citología a una clínica privada, el ginecólogo le dijo que por qué no se hacía una mamografía. En la palpación, no le detectó nada. Pero a la semana, al recoger los resultados, el médico le indicó que podía tener un cáncer de mama. «Me confirmaron el diagnóstico a finales de mes. Y me propuse que mi experiencia con la enfermedad sirviera para ayudar a otras mujeres», explicó ayer María, que es de Xàbia y tiene 42 años.

Empezó a relatar en facebook su lucha diaria. Pasó por el quirófano y ahora está en la mitad de la quimioterapia. Huye del dramatismo. Siempre se muestra optimista y valiente. Es empresaria y madre y saca adelante a cinco hijos. María es una luchadora nata. Nunca, ni en los momentos más duros de la enfermedad («y te aseguro que, aunque no lo aparente, los hay»), se deja vencer por el desánimo.

«Mi madre falleció de cáncer a los 41 años. A mi me lo han detectado con 42. Tenía la espina clavada de que debía ayudar a otras mujeres. Tengo la fuerza de ella y la mía. La enfermedad es una etapa que hay que superar. Y no puedo hundirme ni un segundo. Quiero que mis hijos me vean fuerte».

Esta mujer de Xàbia ha querido ir un paso más allá. Se ha documentado sobre el aumento de casos de cáncer de mama en mujeres cada vez más jóvenes. Lo advierten la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer y todos los estudios médicos. El 20 % de los tumores de mama se dan ya en chicas menores de 45 años. Sin embargo, es a esa edad cuando la Seguridad Social llama a las mujeres para que se hagan la primera mamografía.

María Ferrer ha iniciado en change.org una petición dirigida al Ministerio de Sanidad para que esa primera revisión se adelante a los 30 años. Subraya que avanzar ese primer control se hace más nesario cuando hay antecedentes familiares.

«Si yo no me hubiera hecho una mamografía con 42 años, igual no lo cuento», indica, y subraya que con esta petición, ya firmada en 24 horas por más de mil personas, quiere evitar sufrimiento a las mujeres.

María sabe bien de lo que habla. Por experiencia propia y porque ha investigado. «Los recortes „sostiene„ no deben hacerse si se pone en riesgo la salud de las personas. Además, adelantar las mamografías saldría a la larga más económico. La mejor sanidad es la preventiva. Resulta más barato detectar un cáncer en fase inicial que los TAC, la cirugía, los tratamientos de quimioterapia y las reconstrucciones».

Afirma que es una evidencia que el cáncer de mama está subiendo entre chicas cada vez más jóvenes. «Mi petición incide en que hay que cambiar los protocolos de prevención. Se evitaría también que muchas familias se enfrentaran a una enfermedad que es muy dura».