Xàbia ya ha sacado la factura del incendio que en septiembre arrasó 711 hectáreas (689 públicas y 122 privadas) y obligó a desalojar a miles de vecinos. Solo en infraestructuras públicas el fuego ha dejado daños por 1.971.000 euros. Aquí se incluyen los 88.000 euros que el ayuntamiento ya lleva gastados en los primeros trabajos de restauración.

El incendio, que afectó en menor medida al Poble Nou de Benitatxell (el 14 % de la superficie carbonizada), es una ruina para los consistorios. Así lo expresó ayer el alcalde de Xàbia, José Chulvi, del PSPV, en la constitución de la mesa de concertación que la conselleria de Medio Ambiente ha puesto en marcha para sumar esfuerzos (los de los vecinos y asociaciones) en la regeneración. La conselleria quiere coser complicidades, poner en marcha grupos de trabajo y azuzar el voluntariado. «Aquí estamos para sumar todos», dijo la directora general de Prevención de Incendios, Delia Álvarez.

El problema es que a Xàbia la suma no le cuadra. Los responsables de la conselleria explicaron que ya han contratado por 20.000 euros los primeros trabajos para retirar pinos quemados y frenar la erosión. Y avanzaron que el Gobierno podría conceder una ayuda de 150.000 euros. Pero el alcalde reveló que los daños rozan los dos millones (y no se cuentan los destrozos en cientos de casas) y que, además, está la tarea pendiente de poner a salvo del fuego a las urbanizaciones. Ninguna cumple la normativa que obliga a crear fajas entre las casas y el bosque de 25 metros. De hecho, el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), en el informe que ha realizado sobre este siniestro, recomienda, antes que nada, que «se aplique la normativa de la interfaz urbano-forestal».

El munícipe avanzó que es «inviable» que el ayuntamiento asuma el coste de la reconstrucción. Apuntó también que tienen las manos atadas por la ley de racionalización del gasto y que la aportación anual del Estado se reducirá el próximo año en 1,3 millones. «Tenemos 68 km2 de término municipal. El reto de la protección y prevención de ese patrimonio natural es para nosotros económicamente insostenible», advirtió Chulvi.

La directora general pidió en la reunión al representante de la Diputación de Alicante que este organismo también se implique.

En la mesa de concertación, la conselleria presentó un informe sobre cómo fue el incendio. Todas las condiciones (el viento, el calor, la sequía, la orografía) resultaron las peores posibles. Las llamas avanzaron a diez metros por minuto. Incontenibles. Además, el 67 % de la superficie que ardió en septiembre ya quedó devastada por el incendio del año 2000 de la Granadella. Ese suelo corre peligro de no regenerarse.

Nuevas medidas: Fumar en un mirador puede matar… el bosque

El incendio que terminó arrasando 711 hectáreas comenzó en el mirador de la Cumbre del Sol, en el Poble Nou de Benitatxell. La montaña prendió por una colilla. A esa conclusión llegaron los técnicos de Medio Ambiente y los expertos del Seprona. Ese mirador es como un cenicero. En el suelo, hay cientos de colillas. Xàbia quiere evitar que los turistas tiren más cigarrillos en espacios tan sensibles (y ahora tan secos) como son los miradores. Ya ha instalado señales que advierten de este peligro. Mientras, la conselleria ha remitido a la Fiscalía los informes del incendio, atribuido, por tanto, a una negligencia, y que se propagó al volar las pavesas.