La posguerra fue tiempo de rayos, truenos y centellas. No había forma de levantar cabeza. La cúpula de azul vidriado de la iglesia de Santa María Magdalena del Poble Nou de Benitatxell perdió entonces en parte su luminoso dibujo en zigzag de tejas blancas. Un rayo caído en 1940 destrozó parte de la cúpula. Y ya no hubo dinero para restituir el zigzag. La cubierta se restauró con anodinas tejas marrones.

Ahora, 77 años después, la cúpula recuperará todo su esplendor. Ya han comenzado las obras de restauración. El proyecto lo ha redactado el arquitecto experto en patrimonio, Josep Ivars. El templo se construyó entre 1710 y 1774. Su cubierta vidriada con el dibujo blanco es un hito paisajístico en la Marina Alta. Su cara norte es la que quedó desfigurada por el rayo que incluso partió en dos el remate esférico de la cúpula.

Hace un par de semanas ya se montó un andamio en la pared lateral de la iglesia. El andamiaje abraza la cúpula.

Las obras son pura artesanía. «Las tejas se tienen que elaborar a medida; deben cocerse con un agujero para facilitar su anclaje vertical. Si no se hace ese agujero durante la cocción, deberíamos hacerlo nosotros y podríamos romper las tejas», explicó el arquitecto Josep Ivars, quien también dirigió la restauración de la cúpula de la Assumpció de Dénia.

La restauración la pagan casi a medias el ayuntamiento y la empresa constructora VAPF, promotora en el Poble Nou de Benitatxell de la urbanización de la Cumbre del Sol. El consistorio destina 28.695 euros, mientras que la firma VAPF aporta otros 24.000.

En la Marina Alta, hay otros cúpulas de azul vidriado. Xàbia restauró el pasado año la de su ermita del Calvari, que es del siglo XVIII. Mientras, Pego está reparando la de la capilla del Ecce Homo, también del XVIII, que en el otoño de 2015 sufrió un derrumbe por las lluvias torrenciales.