El 12 de octubre de 2007 el río Girona se desbordó con furia desconocida y derribó el puente centenario de Beniarbeig y destrozó casas de este pueblo y de El Verger, Els Poblets y Ondara. Una anciana de El Verger murió al no poder salir de su casa de la calle Divina Aurora, que está junto al Girona y se convirtió en el epicentro de la catástrofe. Aquella riada dejó en la Marina Alta daños por 55 millones de euros.

«Cientos de personas perdieron sus casas y todo lo que había dentro: muebles, ropa, fotografías. Vidas enteras de recuerdos fueron arrastradas por un agua irascible en solo minutos y, sin olvidar, la pérdida de una vida humana», indicó ayer la Plataforma Ciudadana Riu Girona en un comunicado en el que anunciaba que, junto al Ayuntamiento de El Verger, está preparando un acto por el décimo aniversario de esa riada. Recordó que todavía hoy en algunas casas que se inundaron «sigue la marca que alcanzó el agua». Y recalcó que ahora, con el cambio climático, es obligado reflexionar sobre el peligro de los episodios de lluvias torrenciales.

El acto del décimo aniversario tendrá lugar el 14 de octubre en la Casa de Cultura de El Verger. Por la mañana, se realizará una jornada de carácter más técnico. Participarán expertos y profesionales de emergencias que vivieron la riada. Se plantearán ideas pioneras sobre cómo proteger las viviendas situadas en zona de riesgo de inundaciones. Por la tarde, el acto será más social. Vecinos que sufrieron la catástrofe aportarán su testimonio.