El refugio de animales que comparten Benissa y Teulada está en cuarentena. Se ha aislado el piso superior (el recinto, inaugurado en mayo de 2016, tiene dos alturas). Allí están los perros que pudieron tener contacto con un cachorro mestizo que murió la noche del jueves. El animal, al que ya se le había encontrado una familia de acogida, desarrolló la parvovirosis, una enfermedad canina de pronóstico fatal si no se diagnostica y trata de manera precoz. El cachorro había llegado a la perrera hacía un par de semanas. Aparentemente estaba sano. Las analíticas no detectaron el virus, que es altamente contagioso. Sin embargo, ya lo estaba incubando.

El presidente de la protectora de animales Adopta Bèrnia-Benissa, Andrés Muñoz, que también trabaja con Akira, que es la entidad que gestiona este albergue de Benissa y Teulada, insistió ayer en que el virus resultó indetectable al estar «en fase de incubación». «El cachorrito ha tardado en desarrollarlo unos diez días. Y ya no lo hemos podido salvar», lamentó.

Ahora, explicó, los veterinarios tienen en observación al perro que estaba en la misma jaula que el infectado con parvo. Dijo que también están tratando con líquidos y vitaminas a otros 12 perros que se hallan en ese piso superior del refugio. «Si los perros son adultos y están sanos, no hay ningún peligro de que se contagien. Pero a los cachorros, que sí están más expuestos, y a los canes enfermos debemos vigilarlos y reforzarles el sistema inmunológico», dijo. En la planta que está en cuarentena, hay 24 animales, mientras que los acogidos en total en el albergue son unos 50.

«Sí, es la primera vez que pasa. El martes vendrán los operarios de Benissa Impuls (es una empresa municipal) y limpiarán y desinfectarán toda esta planta. Utilizarán cloro», advirtió Muñoz.

La desinfección durará un día. Dado que del cloro emanen vapores tóxicos los animales no pueden permanecer en sus jaulas. De ahí que el presidente de la protectora haga un llamamiento a que voluntarios acudan durante unas horas a cuidar a los perros. Akira también necesita donaciones de platos de metal y camas caninas. El parvo se transmite por las heces y todo lo que había dentro de las jaulas de la planta en cuarentena se destruirá. Las protectoras no quieren correr riesgos.