A Carlos se le cae el alma a los pies. Ha recibido dos notificaciones de la conselleria de Agricultura. En la primera, le comunicaba que en sus bancales de Alcalalí había detectado Xylella fastidiosa. En la segunda, le anunciaba que entraría en su propiedad para sulfatar y arrancar todos los árboles.
Este agricultor asegura que sólo dos frutales están infectados por la bacteria. Pero la conselleria es drástica en las medidas para evitar que la plaga siga avanzando. Destruye toda la masa vegetación en cien metros a la redonda. En este caso, talaría y trituraría 400 almendros.
Carlos explica que los plantó su padre hace 25 años. Los dos atacados por la Xylella están muertos. Pero el resto se ven verdes. Ha presentado un recurso y, de momento, ha parado la destrucción de estos almendros plantados en hileras en bancales de centenarios muros de piedra en seco. Esta explotación de secano se halla casi en la cima de la montaña de la Solana.
La herida que quedaría en esta ladera se divisaría a la legua. La Xylella fastidiosa no sólo amenaza un cultivo tan tradicional en la Marina Alta (sobre todo en la Vall de Pop) como el del almendro. También puede provocar un enorme impacto paisajístico.
La bacteria, que destruye los almendros de fuera hacia dentro y contra la que todavía no hay antídoto, ha llegado en el peor momento. La Vall de Pop construía un relato turístico basado en el almendro (espectacular cuando en febrero está en flor). Y ahora la conselleria ha detectado focos de Xylella en campos de Alcalalí, Benigembla, Xaló, Benissa, Castell de Castells y Murla. La plaga, por tanto, ha entrado de lleno en este valle del interior de la Marina Alta.
El presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, visitó ayer los dos campos afectados en Alcalalí. Carlos tiene su explotación perfectamente cuidada. Sus 400 almendros son un tesoro agrícola. La otra parcela donde se ha detectado la bacteria está cerca de la ermita de Sant Joan. Los árboles sí están aquí abandonados.
Sánchez abrió ayer un nuevo frente con el Consell. Exigió a la conselleria de Agricultura que pongan en marcha «un plan de contención» y que abandone «la devastación». Le acompañó el presidente de Asaja, Eladio Aniorte. Los agricultores también rechazan esa medida profiláctica de triturar la vegetación que hay en un radio de cien metros de donde se detecta un foco de Xylella.
El presidente de la diputación aseguró que en Balears y en Italia las medidas para frenar la plaga son menos drásticas y se basan en aislar los árboles infectados.
Los agricultores advierten de que es complicado valorar cuánto vale un árbol y compensarles adecuadamente por el estropicio de talar cientos y cientos.
