El Ayuntamiento de Benissa, gobernado por Reiniciem, PSPV y Compromís, ha aprobado una ordenanza que regula las ceremonias civiles. Se incluyen, es evidente, las bodas y los entierros, así como las bienvenidas (bautizos) civiles. También se «sacraliza» (por decirlo de alguna manera) el compromiso ciudadano. Es una ceremonia por la que el vecino se compromete a no apartarse ni un milímetro de la ética civil y las buenas prácticas ciudadanas.

La ordenanza fija un precio de cien euros para las ceremonias que se hagan de lunes a viernes y en horario laboral y de 150 para las que tengan lugar el sábado y domingo. En Alzira, el precio los no festivos es de 108 euros y de 176 los fines de semana; mientras que en Mislata se paga un canon fijo de 91,8 euros por la utilización del salón de plenos. En Almussafes, es gratis. Esos ejemplos se citan en la ordenanza de Benissa, municipio en el que estas ceremonias civiles solo se realizan en el salón de actos de las Cases del Batle y, cuando se trate de una despedida civil, en el cementerio.

Benissa introduce un ritual novedoso, el del arraigo. Por cada recién nacido, se plantará un árbol, que llevará su nombre y la fecha en la que vino al mundo. Esta iniciativa se ha bautizado como Arrela´t Benissa y promueve el arraigo y también la estima por el territorio.