Jesús Pobre cuenta con un tesoro vegetal: un espino sin espinas. Es un milagro botánico. Ahora esta entidad local menor (pertenece a Dénia) reivindica su «esbarzer que no punxa» y al fraile franciscano Fray Pere Esteve, el Pare Pere, quien, fallecido en 1658, está en pleno proceso de beatificación. Uno de los milagros que se le atribuyen es el de «crear» el peculiar «esbarzer» que es tradición conservar en todas las casitas de Jesús Pobre. El Pare Pere, al ir a sacar agua del pozo de Jesús Pobre (una maravilla de la arquitectura tradicional que sigue tal cual, aunque ahora encajonado entre edificios), se enganchó en un espino. Los pinchos le desgarraron el hábito. El fraile, enfadado, le echó una maldición a la planta e inmediatamente se le cayeron las espinas. Lluís Fornés El Sifoner, metido ayer en el papel del Pare Pere, lo relató de forma más poética: «La zarza agresiva y rabiosa se convirtió en una planta de ramas dulces y armoniosas».
Jesús Pobre quiere recuperar su patrimonio. También el oral. Y la historia del Pare Pere y ese milagro del «esbarzer» ha pasado de generación en generación. La entidad local menor inauguró anoche un gran mural cerámico que reproduce esa leyenda. Una subvención de 12.000 euros de la Diputación de Alicante ha permitido realizar el mural. La Escuela de Arte Superior de Cerámica de Manises recomendó que lo hiciera la Fábrica-Museo de los Herederos de José Gimeno (La Cerámica Valenciana), que se ha inspirado en los paneles cerámicos del siglo XVIII que se hallan en el convento privado del Pare Pere. El mural inaugurado ayer da a conocer ese tesoro cerámico que está bajo llave.
A ambos lados del mural, hay dos jardineras con el singular «esbarzer». En esta plazoleta se encuentra también el pozo al que acudió el Pare Pere a sacar agua cuando el espino le rasgó las vestiduras. El alcalde de Jesús Pobre, Javier Scotto, explicó ayer que en 2015, al iniciar este proyecto de difusión de la tradición oral del milagro de Fray Pere Esteve, también se marcaron el objetivo de mejorar el entorno de un pozo que había quedado estrangulado por la presión urbanística.
El mural cerámico reproduce el precioso pozo, al Pare Pere y el espino. Es la representación artística del milagro. Y también aparece la silueta de Jesús Pobre, el imponente Montgó y el «tossal» coronado por los tres molinos. El Pare Pere ha hecho ahora un nuevo milagro: el de rescatar una tradición que, aunque tenga mucho de leyenda, también reivindica el patrimonio botánico, artístico y cultural de este pueblo de la falda del Montgó
