«Cuando se abrieron las puertas de la ambulancia y cayó la mujer, ella iba sola en la parte de atrás. No vi a nadie que la acompañara. Y luego, al volver la ambulancia, el conductor y el otro ocupante estaban sentados delante».

Michael Kaworsky, el residente alemán de Moraira que presenció el accidente de la paciente que cayó de una ambulancia de soporte vital básico (SVB) de la Conselleria de Sanidad mientras este vehículo de emergencias circulaba por la autopista a la altura de Ondara, no duda ni un instante al relatar lo que vio y ha reflejado en la denuncia que el pasado jueves presentó en el juzgado de instrucción número 2 de Dénia.

El protocolo de transporte sanitario obliga a que un técnico de emergencias viaje en la parte de atrás de la ambulancia junto al enfermo. La Conselleria de Sanidad ha reclamado a la adjudicataria del transporte sanitario los informes sobre la posible negligencia.

La empresa le aseguró en un primer momento que la paciente, a la que se trasladaba desde una unidad de psiquiatría de Alicante, iba asegurada con un cinturón a la camilla y acompañada por un técnico de emergencias. Este último extremo se contradice con la versión del único testigo. La conselleria sostiene que la mujer, que sufre una enfermedad mental, saltó de la ambulancia.

«Yo vi la camilla inclinada hacia la puerta. Creo que la mujer pudo empujar la puerta con los pies y caer. Pero no sé qué pasó y tampoco nadie me ha explicado nada», advirtió el testigo.

La paciente ha sobrevivido al accidente. Permanece ingresada en la planta de salud mental del hospital Doctor Peset de València, donde se restablece de las lesiones de una caída que el residente alemán, quien conducía a unos 500 metros de la ambulancia, califica de «terrible». «Yo le vi la cara ensangrentada. Tenía una brecha en la parte posterior de la cabeza y sangraba mucho. No podía hablar y respiraba con dificultad».

«No entendí nada de cómo actuaron el conductor y su acompañante. La mujer había caído de la ambulancia en marcha y rodó por la calzada. Estaba grave. Pero ellos permanecían muy tranquilos. No quisieron llamar a un médico ni a la Guardia Civil. La paciente podía tener lesiones muy delicadas. Cuando salió despedida del vehículo, me asusté. Luego me dio mucha rabia que la cargaran como si fuera un saco de arroz o un gato muerto. Me dijeron que se había tirado ella de la ambulancia y que no estaba bien de la cabeza», aseveró Kaworsky, quien reside desde hace 20 años en España y es propietario de un taller mecánico en Ondara.

«¿Qué si es lo más fuerte que he visto desde que estoy en este país? Es lo más fuerte que he presenciado aquí y en Alemania. Ahora estoy mejor, pero he pasado varios días sin poder dormir», advirtió.

El residente alemán y su esposa llamaron a numerosos hospitales para saber si la paciente había sobrevivido. «Me extrañó también mucho que, después del golpe y de rodar por la calzada, no la llevaran al hospital más próximo, que era el de Gandia». No han logrado que nadie les facilite información sobre el estado de salud de la accidentada.

Eso sí, Kaworsky tiene muy claro que va a seguir adelante con la denuncia que presentó en el juzgado de Dénia. Protegió con su coche a la paciente, cuando ésta estaba tirada en medio de la autopista. «Me asusté mucho y tuve miedo. Ahora siento rabia porque no entiendo cómo pudo pasar algo así. Y quiero que se aclare».