El zumbido de la boda real también llega a la Marina Alta, una de las comarcas valencianas con más residentes británicos. A Meghan Markle y Enrique de Inglaterra, que hoy se casan en el castillo de Windsor, también deben llegarles las buenas vibraciones de sus marchosos compatriotas en Xàbia. Se lanzaron ayer a bailar zumba. No es una novedad. Pero lo hicieron con tiaras, coronas, velos, tutús y banderas del Reino Unido.

«Queríamos hacer algo especial. No todas las chicas son británicas. Pero nos encanta disfrazarnos y celebrar acontecimientos que son bonitos», explicó ayer entre baile y baile Kimberly Harrison, la monitora de zumba que dirigió la sesión «conmemorativa» del enlace real.

Sus alumnas, unas veinte, acudieron, disciplinadas, vestidas para una ocasión especial. Una de ellas incluso llevaba en una mano un ramo de flores que no soltó ni en los movimientos más frenéticos. Y la zumba no es precisamente pausada.

«La boda es una buena noticia. Y nos gusta disfrutar al aire libre, bailar y crear un ambiente especial. Bailar es nuestra forma de unirnos a la fiesta», indicó Harrison.

Y, desde luego, que contagiaban a quien pasaba el ritmo. Realizaron la sesión en la escollera de Levante del puerto de Xàbia. «Es un lugar precioso», convino la profesora.

Bailaron casi sin tregua. Entre canción y canción, bebían un trago de agua. La zumba está de moda. Mantiene en forma.

«Nosotras le echamos imaginación. Queríamos hacer nuestro particular homenaje a los novios. Y dejarlo para mañana hubiera sido más complicado. Hemos realizado una sesión muy especial. Y creo que va a ser la última boda real en mucho tiempo», dijo la monitora, que admitió que, por la vestimenta, no hubieran desentonado nada en la despedida de soltera de Meghan Markle.

«La novia es muy atrevida y valiente. A la pareja, le deseamos que sean muy felices y que disfruten de la vida», añadió Kimberly.

La zumba no será la única celebración que se lleve a cabo en la Marina Alta por el enlace de Enrique y Meghan. Numerosos bares han organizado quedadas especiales para seguir en directo toda la boda. Los residentes británicos se unen a la fiesta pero sin salir de la que ya es su comarca.