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Pesca ilegal

Aparecen en Xàbia los restos de dos grandes atunes rojos troceados ilegalmente en el mar

La tripulación de la embarcación recreativa que capturó los túnidos, que medían más de dos metros, los despiezó a bordo para evitar declararlos en el puerto

Aparecen en Xàbia los restos de dos grandes atunes rojos troceados ilegalmente en el mar

El hallazgo ayer de los restos de dos grandes atunes rojos junto a la escollera de Levante del puerto de Xàbia (es el dique público de las embarcaciones recreativas) sacó a la luz la práctica clandestina de despiezar estos túnidos a bordo y no declararlos en puerto. Las barcas de pesca deportiva y de recreo tienen un cupo (un ejemplar o dos, según los kilos) y la normativa obliga a sus tripulaciones a descargar la pieza en el puerto, pesarla y declararla. Tienen totalmente prohibido vender el túnido. Lo trocean en puerto y es para consumo propio. Pero de los dos atunes encontrados ayer sólo quedaba la cabeza y la espina, que se habían arrojado al mar tras trocearlos a bordo. Quienes los capturaron los despiezaron en la propia embarcación de recreo. Se deshicieron de lo que no podían aprovechar. Los restos se fueron al fondo, pero, al pudrirse, salieron a flote y la marea los arrastró hasta el puerto. Desprendían un desagradable olor.

Moisés Erades, de la Cofradía de Pescadores de Xàbia, explicó que aparecieron en el tramo de la escollera de Levante donde atraca el barco turístico de Mundo Marino. «Se hallaban en avanzado estado de putrefacción», indicó. «Es imposible que algo así lo haga una embarcación profesional. Las sanciones son muy duras y la embarcación de pesca quedaría precintada», aseguró.

El guardamuelles pidió la colaboración de la cofradía para retirar los restos putrefactos de la lámina de agua del puerto. Una embarcación del club náutico los arrastró hasta el muelle pesquero y allí se sacaron a tierra. Erades avisó a los servicios municipales de limpieza, que se llevaron los cadáveres de los atunes rojos en un camión de basura.

En el puerto, se hallaba la inspectora de pesca, que realizó un informe. «Si no hubiera estado la inspectora, hubiéramos llamado a la Guardia Civil y al Seprona; estamos ante un hecho muy grave», apuntó Erades.

La aparición de estos restos de túnidos revelan un «negocio encubierto», precisó este responsable del Pòsit de Xàbia. Hay embarcaciones recreativas que ya han agotado el cupo de túnidos o que incluso empezaron a atraparlos antes de que el pasado día 16 se abriese la veda. Capturan las piezas (este año hay muchos ejemplares), los despiezan a bordo y luego venden de matute la preciada carne del atún rojo a los restaurantes.

También está ocurriendo este año que los pesqueros profesionales atrapan en sus redes túnidos muertos. Una embarcación de Santa Pola capturó una veintena. La redes se rompieron con semejante peso. Esos atunes muertos los tiró supuestamente por la borda un gran atunero.

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