El Ecce-homo obra todos los años el milagro de unir a los vecinos de Pego. La devoción al patrón cohesiona, hace pueblo. La procesión de anoche mantiene, además, tradiciones imprescindibles. Las calles, antes de que comenzara el acto de más fervor de las fiestas, se alfombraron con fragante murta. Esta procesión une. La abría la cruz procesional. Luego desfilaban los devotos, seguidos de las falleras y falleros y de los representantes de las fiestas de Moros y Cristianos. A continuación, iban los matrimonios que han celebrado ahora sus bodas de plata y de oro y los niños de comunión. La banda de cornetas y tambores del Santísimo Ecce-Homo añadió sentimiento procesional. Todo el pueblo se echó a la calle.