Dénia tiene mucha historia sumergida. En el mar y en los almacenes de un museo que se ha quedado estrecho. Poco a poco, los hallazgos salen a la luz.

Los buceadores Rafa Martos y Javier Reyes tocaron con sus manos un trozo de esa historia cuando entre finales de marzo y principios de abril realizaban una inmersión en la costa de les Marines. «Javier señaló unos retos que sugerían parte de la estructura de una embarcación», explicó ayer Martos. «Nos tocó la lotería», apostilló Reyes, quien con un dedo retiró parte del limo que cubría esos restos y comprobó que eran de madera. Los submarinistas habían dado con las cuadernas y el esqueleto de un antiguo navío. Además, encontraron tres cerámicas en magnífico estado de conservación. Y ese hallazgo ya fue definitivo para poner fecha al naufragio. Las cerámicas son medievales. El barco se hundió entre los años 1375 y 1400.

El descubrimiento se presentó ayer en la Sala del Castell de Dénia. Los buceadores grabaron un video en el que se vislumbra con claridad parte de la arquitectura del navío. El arqueólogo de Dénia, Josep A. Gisbert, afirmó que ya es «casi hasta habitual» que se produzcan hallazgos subacuáticos. Pero dar con un barco medieval es «relevante y excepcional». Solo se han encontrado hasta ahora cuatro pecios (uno es el del tesoro de les Rotes) datados en la Edad Media. Y eso que el litoral de Dénia guarda una historia de naufragios que se remonta a Hemeroskopeion (la mítica ciudad erigida por los griegos) y llega hasta el siglo XIX.

La tres cerámicas, una escudilla con decoración radial (es de estilo Paterna esquemático y se modeló en talleres mudéjares), una jarra vidriada de verde y manganeso y un cuenco o plato carenado de influencia almohade, han permitido al experto Vicent Lerma afinar la cronología del naufragio y situarlo en el siglo XIV.

El litoral de Dénia es «feraz» (adjetivo que utilizó Gisbert) en arqueología. Tanto el arqueólogo dianense como Javier Reyes, que de leyes sabe lo suyo (es el juez decano del Palau de Justícia de Dénia), hicieron un llamamiento a acabar con los expolios de ese patrimonio sumergido. Estos dos buceadores, de hecho, dan ejemplo. Localizaron el yacimiento. Grabaron un video clave para la investigación y depositaron inmediatamente la cerámica en el museo.