La playa del Portet de Moraira se desenganchó del verano durante 26 horas. Los turistas que acudieron en la mañana de ayer a esta playa, una de las más bellas de la Marina Alta, no se podían creer que tuvieran que marcharse sin darse un refrescante chapuzón. El socorrista y los agentes de la Policía Local, incluso la concejala de Playas, Nieves Rodríguez, les explicaban que había un problema de contaminación y que estaba prohibido bañarse. Les indicaban que la bandera roja sólo ondeaba en el Portet y que la calidad del agua era excelente en las otras playas de Teulada-Moraira. Rodríguez estuvo toda la mañana esperando a que la conselleria de Medio Ambiente enviara el resultado de la última analítica. Tanto ella como el alcalde, Carlos Linares, estaban convencidos de que los parámetros volverían a ser óptimos y el ayuntamiento estaría en disposición de reabrir al baño la playa. Pero la cosa se hizo esperar.

No fue hasta las 14 horas que el consistorio ya pudo volver a izar la bandera verde. La contaminación detectada por la conselleria en la analítica del lunes se había diluido. Ni rastro. El munícipe ya había advertido de que era «sorprendente» que todas las analíticas anteriores constataran que la calidad del agua era excelente y, «de la noche a la mañana», se detectara la bacteria Escherichia Coli (E.Coli), que revela un vertido de aguas fecales.

«Ha sido un episodio puntual y extraordinario», precisó el alcalde, que explicó que los servicios municipales y la planta depuradora de Moraira habían descartado que el vertido procediera del alcantarillado. Linares advirtió de que «todo apunta» a que la materia orgánica la había arrojado una embarcación al vaciar su sentina.

En la ensenada del Portet, de hecho, fondean durante estos días decenas de embarcaciones de recreo. El ayuntamiento instaló hace un par de meses seis boyas ecológicas para evitar que estos barcos echaran el ancla sobre la pradera de posidonia oceánica.

Al final, el baño ha estado prohibido en el Portet durante 26 horas. El ayuntamiento se lo tomó muy en serio. La policía local colocó vallas y precintos en todos los accesos a la playa. Los agentes informaron a la multitud de turistas que en la mañana de ayer llegaron seducidos por la belleza de este tramo litoral de que no podían zambullirse. Sí podían tomar el sol en la arena. Pero ese plan no convenció a casi nadie.

Los bañistas buscaron otras playas. Los restaurantes del Portet notaron, claro está, el cierre al baño de la playa. Recibieron numerosas llamadas de clientes que cancelaban sus reservas para comer. Un vertido puntual arruinó un día entero de agosto en uno de los paraísos turísticos de la Marina Alta.