Las fiestas transforman los pueblos. En El Verger es literal. La celebración de este año de Moros y Cristianos, que hoy comienza con la espectacular Embajada, estrena decorado. Hasta ahora el ayuntamiento alquilaba el castillo. Este año lo ha comprado y ha querido que su arquitectura se inspire en uno de los monumentos locales de más alcurnia, la torre de los duques de Medinaceli.

La nueva fortaleza se integra mejor en la fachada del consistorio, es más amplia y está hecha de aluminio y fibra. La fiesta gana en realismo y atractivo. La Embajada de esta tarde, en la que las huestes moras tomarán el poder, ya tendrá lugar en este majestuoso castillo. Los protagonnistas de la fiesta están impacientes por conquistarlo. El bando cristiano lo recuperará el día 13.

El alcalde de El Verger, Basili Salort, ha destacado que «esta adquisición fortalece el espíritu de la fiesta de Moros y Cristianos e impulsa a El Verger como destino de interés no solo turístico sino también festivo».

Estas fiestas, que son en honor a la Mare de Déu del Roser, también ofrecen hoy los primeros conciertos. Los grupos Defecto de Forma (Tributo a Loquillo) y Jotajaybers ponen música a una noche organizada por el Consell Moro i Cristià que terminará con una discomóvil. Mañana, tendrá lugar la entrada de la murta. Participan todas las «quintades». Luego se disparará el cohete anunciador de las fiestas, y se celebrará la tradicional noche de las paellas. La orquesta la Pato actuará en la Plaça Major.

Entre los actos del sábado, destacan el concierto de la Associació Musical El Verger y la Colla l´Esclat y la «cordà». Y el domingo llega el gran desfile de carrozas y comparsas.