Ni en invierno ni en verano. Las bicicletas de alquiler de Dénia no hacían papel en ninguna época del año. En invierno se alquilaban cada día 5 ó 6 y en verano entre 15 y 20. Son cifras irrisorias para una ciudad de 41.568 habitantes y cuya población se dispara en verano. Pero parecen incluso elevadas, ya que este servicio ha sido todo un poltergeist. Ningún vecino ha visto nunca a un usuario que llegara a una de las seis estaciones (cinco en realidad, porque la del parque Chabàs estaba inutilizada por el vandalismo) y cogiera una bici. La bicicleta pública, que se puso en marcha en 2007 (entonces llevaba el nombre de Oxigena y en 2011 entró una nueva empresa y se cambió a Déniabici), no ha hecho camino. El uso era nulo. Además, la red de alquiler se quedó en mantillas. El propósito inicial era crear 26 estaciones que abrazaban todo el término, incluidas les Rotes y les Marines.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Javier Scotto, anunció ayer el cierre del servicio de alquiler público de bicis. Las estaciones ya se han desmantelado. Scotto advirtió de que nadie se ha dado cuenta de que estos puntos de alquiler han desaparecido de Dénia. Y dedujo que esto prueba que el servicio no había calado nada.

El actual equipo de gobierno (PSPV y Compromís) quiere marcarse una ruta ciclista y no dar tumbos. De ahí que ya disponga de una estrategia integral de la bicicleta en Dénia, documento realizado por la empresa Siete arquitectura más ingeniería, S. L. Para esa estrategia, se ha consultado a los vecinos. El 91,2 % pide más movilidad en bici. Pero el 82 % confiesa que tiene bici propia.

El análisis del servicio de alquiler es desolador. El pasado año contó con 260 usuarios. Abonados anuales, que son los que hacen un uso regular de las bicis públicas, sólo eran 21. Dénia es casi el farolillo rojo en el uso de la bici pública en España.

Scotto subrayó que no tenía sentido obsesionarse con el alquiler. Además, el coste de mantener las estaciones y bicicletas era muy elevado.

Afirmó que la apuesta actual es crear una red de aparcabicis. De hecho, ya se han instalado 180 anclajes nuevos que permiten dejar 300 bicis. Luego hay que seguir al pie de la letra el plan estratégico y crear nuevos circuitos para moverse pedaleando por la ciudad.

Las ciclovías han sido otro fiasco. En 2007, se preveía crear 32 kilómetros de vías ciclistas, pero se han desarrollado apenas dos. En el plan Dénia Futur, que contó con una inversión de 500.000 euros (el 70 % venía de fondos europeos), se habilitaron ciclocalles que no está amparado por ninguna norma legal de Dénia. Además, el consistorio perdió otra ayuda de 397.278 euros de la Agencia Valenciana de Energía.