Los socorristas de la Cruz Roja destinados a la playa del Arenal de Xàbia no tuvieron ayer casi ni tiempo para cambiarse. Llegaron a la playa antes de las 10 horas, que es cuando comienza el servicio de vigilancia, y una mujer fue corriendo a avisarles de que su compañero y sus dos hijos no podían volver a tierra, ya que la corriente los arrastraba mar adentro. Los socorristas se tiraron rápidamente al agua y nadaron hasta los tres bañistas en apuros, entre ellos una niña de 11 años, que se hallaban en el punto más crítico de la playa del Arenal, en el centro de la ensenada. La resaca de las olas ya los había arrastrado casi hasta las boyas de balizamiento. Las corrientes eran ayer fuertes en este litoral y las olas alcanzaban los dos metros de altura. Los socorristas, que conocen a la perfección esta playa, en cuyo centro se forma un remolino, sacaron a los bañistas por las zonas donde la corriente empuja hacia la orilla.

El día, por tanto, comenzó movido. Durante la mañana hubo otro susto. Una embarcación quedó a la deriva y las olas la arrastraban hacia la orilla. Se consiguió remolcar antes de que encallara.

Los socorristas izaron la bandera roja en esta playa y avisaron por megafonía de que estaba prohibido bañarse. Apostados en la orilla, vigilaron a los bañistas, que, al contrario que otros veranos, están más concienciados y cumplen las órdenes de los vigilantes de la Cruz Roja. Los turistas podían refrescarse en la orilla, pero no adentrarse en el mar. Cuando hay temporal, en la playa del Arenal, se forman peligrosas corrientes. Los surfistas experimentados, eso sí, se lo pasaron en grande.