"L'escaldà", que ahora estrena su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial, se ha hecho esta mañana en Jesús Pobre material y tangible. Es un ritual que se vive con los cinco sentidos. La caldera ha empezado a bullir y los integrantes de l'Associació de Veïns i Veïnes de Jesús Pobre, vestidos de labradores, han dado vida al ritual ancestral de transformar el moscatel en uvas pasas.

"Talla bé?", preguntaba uno de los sabios de "l'escaldà" (hasta los años 70 muchas familias mantenían una tradición que, tras estar en un tris de perderse, ahora renace). Y sí. La uva, bañada apenas unos segundos en la burbujeante caldera, se rasgaba levemente. Las mujeres han extendido los racimos sobre los "canyissos", que se han puesto ya a secar al sol. Ahora la uva irá mutando, al sol, en pasa. Por las noches o si llueve, los "canyissos" se guardarán en el Gran Riurau.

Ya hace unos años que los vecinos de Jesús Pobre rescataron la tradición. Pero ahora, con la reciente protección del BIC Inmaterial, ha tomado nuevo impulso. Cientos de personas han asistido esta mañana a "l'escaldà". Destila tradición y sabiduría rural.

Además, el Gran Riurau de Jesús Pobre se ha convertido en estos últimos tiempos en un referente de la nueva economía rural. Ya es curioso que el turismo de masas acabara con la agricultura en la Marina Alta y que ahora el turismo sostenible la reivindique (es materia de tesis). En esta construcción vinculada al moscatel y las viñas, que evoca los tiempos dorados de la exportación de la pasa a Inglaterra, Estados Unidos, Cuba o Filipinas, esta mañana se han realizado talleres de elaboración de "canyissos" (es todo un arte darles forma sobre el bastidor) y de "llata"; se han rescatado viejos aperos agrícolas o se ha difundido esa nueva materia de estudio que es la "riuralogia" (reivindica la arquitectura rural).

Y lo que es más importante: los visitantes han podido degustar el moscatel y la pasa, frutos de las viñas y de la ancestral sabiduría agrícola. La declaración de BIC de "l'escaldà" es también un homenaje a todas las generaciones que se dejaron la piel trabajando en el campo. La leyenda griega de "Filemón y Baucis" ya advertía de que la agricultura y la hospitalidad "se cultivan y se renuevan". La Marina Alta y Jesús Pobre renuevan ahora el ritual de "l'escaldà".