Un robo tan sofisticado como devastador. Unos ladrones desvalijaron en la madrugada del domingo la joyería Gold Rush, que está en el paseo de la playa del Arenal de Xàbia. Se colaron a través de un butrón que hicieron en el comercio paredaño, un negocio de cambio de divisas. Perforaron el grueso tabique y, ya dentro de la joyería, desactivaron las alarmas y arramblaron con todo.

El propietario de la joyería explicó ayer a Levante-EMV que es evidente que los ladrones planificaron con tiempo el robo y lo perpetraron con un despliegue de medios sólo al alcance de delincuentes avezados. Utilizaron un explosivo para romper el armario de la caja fuerte, que intentaron perforar con un láser. La caja acorazada es de máxima seguridad y los ladrones sólo consiguieron agujerear el primer blindaje. Para ello, según le ha comentado al dueño de la joyería el experto que le instaló la caja fuerte, los ladrones emplearon más de tres horas.

A los delincuentes se les echó el tiempo encima. Se les resistió la caja de caudales, pero no se fueron, ni mucho menos, con las manos vacías. Saquearon de arriba a abajo el negocio. Se llevaron joyas y relojes de lujo (Rolex, Cartier y otras marcas de postín). No dejaron un rincón por registrar. Y causaron un destrozo enorme. "Sólo reparar la joyería para volver a abrirla ya me cuesta 15.000 euros", advirtió ayer el propietario.

Los ladrones dispararon luego los extintores y esparcieron la espuma para borrar posibles huellas. También robaron las grabaciones de seguridad. Huyeron por el butrón. Y nadie, pese a que en la madrugada del sábado el Arenal era un hervidero de gente, escuchó ni explosiones ni nada.

El dueño de la joyería cree que la música de un pub que también hace pared con su negocio camufló el ruido de abrir el butrón y reventar con un explosivo el armario de hormigón de la caja fuerte.

La Guardia Civil está investigando el robo. Dispondrá de los números de serie de relojes y joyas exclusivos. Ese rastro no se pierde nunca. Y el dueño de esta joyería del Arenal de Xàbia no se queda de brazos cruzados. Ofrece una recompensa de 10.000 euros a quien aporte pistas sobre los ladrones.