Los tres ediles de Compromís en el Poble Nou de Benitatxell están tentados de morder el caramelo envenenado. El juez obliga a llevar a pleno la moción de censura que en enero presentaron estos tres ediles (luego se retractaron para evitar que la coalición los expulsara) junto a Toni Colomer, quien en puridad todavía es portavoz municipal del PP pese a que su partido lo echó, y dos concejalas independientes, una de ellas Nieves García, procesada por corrupción. La moción descabalga a Josep Femenia y le da la alcaldía al portavoz municipal de Compromís, Miquel Garcia. Las ocasiones las pintan calvas, piensan ahora los valencianistas. Saben que su partido los expulsará. Pero el premio es goloso: alcanzar la alcaldía de Benitatxell a ocho meses de las elecciones y tomar medidas al galope sin tiempo para el desgaste. Además, llevan demasiado tiempo rumiando la venganza política al actual alcalde, Josep Femenia, de Red (Compromís lo expulsó en el pasado mandato al enfrentarse con el sector de Miquel Garcia), como para dejarla escapar.

Los ediles admitieron hace unos meses que la moción de censura había sido un error. Pero entonces era difícil barruntar que el juez rechazaría que Colomer era un tránsfuga. El PP lo tiró, pero no estaba afiliado. Los populares fracasaron en su plan para desactivar el voto de censura.