«Hemos tomado una decisión arriesgada. Pero ni vivimos ni pretendemos vivir de la política». Miquel García, de Compromís, se convirtió ayer en el nuevo alcalde del Poble Nou de Benitatxell. Sabía lo que se le venía encima. La moción de censura que le dio la alcaldía y que desbancó a Josep Femenia, de Red, la apoyaron la edil Nieves Garcia, procesada por corrupción, y Toni Colomer, expulsado del PP, pero que sigue de portavoz del grupo municipal popular (así de enrevesada es la política en este municipio). Compromís no podía tolerar que sus tres ediles en Benitatxell formaran gobierno con una imputada y un edil que está en la frontera de ser un tránsfuga (no ha llegado a pasar al grupo de no adscritos). Nada más acabar el pleno, el comité de garantías de la coalición valencianista inició el procedimiento de expulsión del nuevo alcalde y de los ediles Jorge Pascual y Maite Roldán.

La tensión se reflejaba en los rostros de los tres concejales valencianistas. Miquel Garcia se emocionó al recordar los «duros momentos que hemos vivido en los últimos días». Sostuvo que la dirección de Compromís les había dado libertad, extremo que desmintió la coportavoz nacional de Compromís, Àgueda Micó, que recalcó que la coalición «no comparte que imputados y tránsfugas decidan los gobiernos de ningún municipio».

El nuevo alcalde defendió que no podían quedarse de brazos cruzados ante el «desgobierno» y el «cúmulo de ilegalidades» del gobierno en minoría de Femenia. Destacó que un juez ha validado ahora la moción de censura que presentaron en enero y que el secretario, al que acusó de actuar «de forma politizada e interesada», paró al considerar que Colomer era un tránsfuga.

«Ha ganado la legalidad y la democracia», proclamó Garcia, que recriminó al hasta ayer equipo de gobierno de Red, PP y Pideb que no convocara plenos y que durante tres años no tramitara las multas de tráfico. Garcia desveló que por este último hecho está imputado por malversación y prevaricación el secretario municipal.

«Nuestra obligación es restaurar la higiene democrática y la legalidad», dijo el nuevo alcalde, que avanzó que los pocos meses que quedan de mandato serán «intensos y apasionantes». La primera medida, reveló, será bajar el IBI. Aseguró que el ayuntamiento seguirá de acusación particular contra su ahora socia de gobierno, Nieves Garcia.

Ese es el flanco más delicado del nuevo equipo de gobierno. El hasta ayer alcalde, Josep Femenia, que recalcó que ha logrado que el ayuntamiento tenga un superávit de más de tres millones de euros, acusó a Compromís de permitir «un golpe de estado» y «una moción de censura manchada de corrupción». «Este partido se ha puesto una pinza en la nariz y ha dejado que sus concejales asalten el poder sin escrúpulos». Deslizó que tras la maniobra hay «intereses poderosos e inconfesables». Insistió en que Nieves Garcia irá a juicio más pronto que tarde en la Audiencia Provincial. Está imputada por presunta falsedad documental y estafa. Se la acusa de falsificar entre 2009 y 2011 (entonces era primera teniente de alcalde del PP) endosos y pagos de obras por medio millón de euros.

Nieves García, ahora portavoz de IMA (Independientes de la Marina Alta), dijo que cada 9 de diciembre ella no recibía un ramito de violetas, sino un pleno contra la corrupción que era «un traje a medida» para señalarla públicamente. Acusó a Femenia y a su gobierno de «entrar en lo personal y humillarme a mí como concejala y a mi familia». «Tengo la conciencia tranquila y espero que llegue pronto el juicio y pueda demostrar mi inocencia», indicó la concejala.

El nuevo gobierno pisará el acelerador. Le quedan escasos ocho meses. Un suspiro en política.