Es una tumba humilde, revestida de azulejos blancos. Y no tiene nombre. Pero hoy, en el homenaje a los 51 republicanos y defensores de la libertad fusilados por la dictadura de Franco en el cementerio de Dénia, ha trascendido quien está allí enterrada. Una mujer se ha acercado a Pura Grimalt, una de las organizadoras del acto, y le ha pedido que por favor revelara la historia de Esperanza. Le ha contado que era una vecina de Dénia muy religiosa que quiso, sin embargo, que le dieran sepultura en el cementerio civil. Su deseo fue que su tumba estuviera enfrente del paredón en el que asesinaron a su hijo.

Al homenaje han asistido, como todos los años, los hijos que todavía quedan con vida de los fusilados. Han estado Josefa Fornés, hija del dianense José Fornés Ivars, y los pegolinos Dolores Naya Carrió, Fernando Oltra Cardona y Joaquín Sala Sastre, hijos de Vicent Naya Monjo, de Fernando Oltra Ortolá y de Joaquín Sala Femenía. Han evocado la represión que sufrieron sus familias. "Nos habían matado a nuestros padres y a nosotros, que éramos unos niños, nos castigaban", ha indicado Joaquín. Mientras, Fernando ha relatado que a su abuela y a su tía las pelaron y que también a su madre le iban a rasurar el pelo. "En ese momento, alguien dijo que ya estaba bien de enseñarse con mi familia y que tuvieron un poco de consideración. Y a mi madre no la pelaron".

El activista de la memoria histórica, Matías Alonso, ha calificado de "indigno" que a 20 metros de la fosa común en la que la dictadura franquista arrojó a los 51 asesinados esten enterrados "con total dignidad" los nazis refugiados en Dénia tras la Segunda Guerra Mundial y protegidos por Franco. También ha sacado a la luz otro hecho "vergonzoso". "El anterior gobierno local del PP obligó a que en la placa de recuerdo se pusiera una cinta para tapar la expresión 'odio franquista'".

El paredón del cementerio de Dénia sobrecoge. Todavía se ven los boquetes que dejaron los impactos de las balas. Los fusilamientos tuvieron lugar entre octubre y diciembre de 1939. Una placa recuerda a esos 51 "republicanos y defensores de la libertad que, por la mano del odio franquista, dejaron en este muro su último suspiro". Otra placa reivindica a los cuatro dianenses que murieron en los campos de concentración nazi de Mauthausen y Gusen.

El alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, ha destacado que la ciudad está saldando su deuda con las víctimas de la barbarie. "Hace unos días destapamos en la calle La Vía la placa que recuerda a los 32 vecinos que murieron en los bombardeos de la Guerra Civil". "Y año tras años volvemos aquí, al paredón del cementerio, para homenajear a aquellos a los que mataron por defender la democracia y una república legal".