La Cova Tallada ha vivido otro verano de masificación. Han llegado a entrar en un intervalo de una hora 129 personas. Es una afluencia que supera con creces la recomendada en el estudio de carga, que establecía en 71 los visitantes que al mismo tiempo podían estar en la cavidad. Y no es que lleguen de golpe 129 personas (esa afluencia pico se dio entre las 11.30 y las 12.30 horas). Allí ya hay muchos bañistas, ya que quien va a esta gruta suele permanecer en ella durante unas 4 horas. Los senderistas cargan incluso neveras, ya que van a pasar el día.

La estudiante de Biología Lara Juan Morant ha contado este verano los visitantes que llegaban a la cueva. El estudio abarca el momento de más presión, entre el 15 de julio y el 15 de agosto. Eso sí, las cifras sólo se tomaron de 9 a 14 horas y los días de entre semana. El fin de semana la presión humana es todavía mayor.

La media de visitantes al día (pero sólo por las mañanas) fue de 437. Mientras, "atracaron" cada día en la cueva 88 kayaks. Estas embarcaciones dañan los arrecifes de vermétidos, una comunidad de pequeños moluscos que está catalogada como Hábitat de Interés Comunitario.

Las cifras superan con mucho las recomendadas en el estudio de carga que se presentó antes del verano y que ya planteaba la urgencia de restringir el acceso. Además de los 71 visitantes simultáneos, establecía en 355 los visitantes máximos que podían entrar al día en la cavidad. Además, no debían permanecer más de hora y media. Y ya planteaba cobrar una tasa. Pero esas medidas no se tomaron el pasado verano. Y la Cova Tallada, que está en término de Xàbia, aunque en el linde con Dénia (la senda que es el principal acceso arranca de les Rotes) y que pertenece al parque del Montgó y a la reserva marina del cabo de Sant Antoni, volvió a sufrir los estragos de la masificación.