El proyecto urbanístico presentado por Construcciones la Torre del Portitxol, S. L., para construir unos 14 chalés y un hotel en una loma virgen del litoral de Xàbia hace camino. Ahora ha salido a exposición pública. En agosto, cuando trascendió que se había presentado este PAI, que abraza 65.239 metros cuadrados de una ladera que está sobre la cala de la Barraca, se desató una fuerte oposición ciudadana. Ahora los vecinos ya no tienen por qué opinar de oídas. Pueden consultar el proyecto.

Estos terrenos son urbanos y, según el promotor, no incluyen ni un metro de suelo forestal. No lindan siquiera con la franja protegida del Portitxol (va desde la Sardinera y el Cap Prim a la Barraca). La loma limita con sectores urbanísticos ya desarrollados. El promotor afirma que su proyecto no requiera de informe de la conselleria de Medio Ambiente.

También defiende que ha reducido la edificabilidad y los chalés y que deja libre de construcción la cresta. Allí va una zona verde de 18.020 m2. Afirma que la edificabilidad que se aplicará está por debajo de urbanizaciones levantadas también en laderas de las montañas, como son las del Putxol, la Corona o la Cuesta de San Antonio.

Sostiene que la zona residencial que desarrollará en el suelo lucrativo del PAI (43.209 m2) será «de baja densidad» y «recuperará de forma simbólica el carácter agrícola» que tuvo este litoral. De hecho, en el estudio de paisaje rescata fotografías antiguas de las terrazas de viñedos del Portitxol. No se ve ni un pino.

El empresario advierte de que en esos terrenos de cultivo «ha proliferado de forma descontrolada el arbolado». Asegura que los chalés no alterarán la topografía de los bancales y que los jardines de las futuras casas mantendrán los márgenes de piedra en seco.

En el PAI se llega a aseverar que esta propuesta urbanística «protege y valoriza el paisaje como activo identitario, que puede llegar a ser un activo cultural y económico». Los chalés serán de estética made in Xàbia.

El proyecto incluye medidas para prevenir incendios, como la de evitar que las casas tengan setos, crear cortafuegos perimetrales o instalar hidrantes cada 200 metros.

Un problema puede ser el de la red de saneamiento. El promotor avanza que las aguas residuales irán a la estación depuradora de oxidación de titularidad municipal de la cala de la Barraca. Esta planta de tratamiento está ya saturada. No da para más.