Villa María ya es historia. Este coqueto chalecito, construido en los años 50, ha quedado reducido a escombros. Se alzaba en la primera línea del Primer Muntanyar de Xàbia. Ya hacía tiempo que estaba abandonado y amenazaba ruina. En algún momento, también lo han habitado okupas. El porche, de arcos de piedra tosca, se aguantaba en pie a duras penas. Estaba apuntalado.

Este chalé de piedra tosca era uno de los últimos ejemplos del estilo constructivo del despertar del turismo en Xàbia. La piqueta ha ido borrando ese patrimonio de las primeras casas de veraneo. Villa María contaba con la torrecita características de las casitas que en los años 50 y 60 se construían a pie de playa. Pero el chalé y la torre carecían de protección. Tampoco los arcos de piedra tosca la tenían. Y al menos la arcada sí que se podía haber salvado. Estos atrios fueron una seña de identidad de la arquitectura local. Se inspiraban en los antiguos riuraus.

De hecho, el ayuntamiento, cuando derribó en 2014 para abrir una calle Villa Sarita, otra casita de los primeros años del turismo, sí desmontó los arcos y los guardó. Tampoco estaban protegidos, pero sí tenían valor patrimonial.

Condenado a la piqueta

Villa María y también el pequeño chalé de la parcela de al lado estaban condenados a la piqueta. En 2015, una primera promotora ya colocó aquí un cartel anunciando una próxima promoción de apartamentos. Luego los terrenos los compró otra constructora. Este suelo se cotiza. En el Primer Muntanyar no queda ni una rendija de suelo libre. Pero las promotoras hacen hueco. Durante años han comprado los viejos chalés (han desaparecido maravillas como la Casa de la Criminala) para demolerlos y levantar casas modernas y apartamentos.