La Caseta del Sariero es un tesoro. Su dueño, Joaquín Sellés Mata, ha cuidado con mimo de este casup más que centenario (ya figuraba en una escritura de 1897). Es el último reducto de la vida tradicional en el Montgó. Está en la ladera de Xàbia del parque natural. Más arriba queda la Cova Ampla. La Caseta del Sariero, habitualmente solitaria, recibió el pasado domingo la visita de los integrantes del Centre Excursionista de Xàbia. Realizaban su tradicional ruta nadalenca. 78 excursionistas (familias con niños) se lanzaron a la montaña e hicieron parada en esa maravillosa casita de humilde arquitectura y de paredes enjalbegadas. La Navidad llegó a la Caseta del Sariero.

Joaquín, el Sariero, agasajó a sus visitantes con buñuelos, coca maría, pasas, almendras, vino del terreno y mistela. Es un excelente anfitrión. Disfruta enseñando el casup que puso en pie su bisabuelo y al que él ya empezó a subir a los 4 años cogido a la cuerda del macho que, cargado de algarrobas, guiaba montaña arriba su padre.

Ahora Joaquín ha puesto a la venta el casup y los 17.000 metros cuadrados de bancales de muros de piedra en seco que lo rodean. El comprador debe tener una sensibilidad especial. Esta casita, que está en el parque natural, es historia del Montgó. No hay agua potable, pero sí un magnífico pozo de agua de truenos. La luz eléctrica la produce una placa solar. Mantiene un horno de pan y otro de escaldar pasa.

Más de un integrante del centro excursionista sugirió que el ayuntamiento o el parque natural deberían adquirir el casup y convertirlo en pequeño albergue y en centro de investigación de la naturaleza y de interpretación de la vida tradicional en el Montgó.