El rugido de las motos rompió ayer la paz en la montaña de Ocaive de Pedreguer. Un grupo de al menos nueve motoristas se lanzó ladera abajo por una senda muy quebrada. Los excursionistas se quedaron de piedra. Alguna vez han visto a ciclistas de montaña que descienden por estas trochas. Pero las bicicletas no revientan las sendas. En cambio, las motos de trial y motocros sí remueven piedras. Además, ayer pasaron una tras otra hasta nueve motos. Saltaba a la vista que esa procesión de motoristas podía causar estragos (agravar la erosión) en un entorno frágil como es el de la ladera de esta montaña protegida de Pedreguer. Los excursionistas avisaron a la Guardia Civil.

Estos aficionados al motocros estaban cometiendo una infracción recogida en la Ley de Montes y que se castiga con una multa de entre 100 y 1.000 euros. El decreto 8/2008, de 25 de enero, del Consell que regula la circulación de vehículos por terrenos forestales deja muy claro que meterse con motos en las sendas está prohibido. A los senderistas tampoco les hace gracia toparse con una reata de motoristas que bajan a toda castaña por la montaña.