«La masa es la misma que la de la mona de Pascua, pero es un dulce totalmente distinto. Sólo se hace en Teulada y la tradición viene de muy antiguo». José Ramón Buigues, de la panadería Rosita, está orgulloso de hornear estos días más de mil Damas, un bollo delicioso y muy peculiar. Tiene poder mágico. Se regala el día de Sant Blai (esa tarde se merienda este dulce bañándolo en chocolate) y previene las enfermedades de garganta. Ahora, explica Buigues, también elaboran Damos. Las tradiciones se renuevan. Los chicos obsequiaban a sus novias con Damas. Y ahora ellas también les corresponden con un bollo con forma de hombre.
En la panadería Rosita, se trabaja estos días a destajo. Hay que moldear artísticamente la masa. Elaborar una Dama tiene faena. Los panaderos y panaderas se ponen a las 9 de la mañana y para mediodía sacan los dulces del horno. Tienen distintos tamaños. Las Damas de más tamaño necesitan más cocción. El pasado año José Ramón Buigues hizo la más grande del mundo. Superaba los dos metros.
«Ahora las monas también se venden en los supermercados. Pero las Damas no. Las hacemos en la panadería y son muy exclusivas. Tenemos un dulce único», asevera el panadero.
El origen de la Dama se pierde en la noche de los tiempos. Evocan las Venus del paleolítico. Ahora están ligadas a la festividad de Sant Blai, pero debe haber algo pagano en esas sensuales figuras de mujer. En la panadería Rosita, a las Damas más grandes les hacen los ojos con verde confitura de fruta y la boca con confitura roja. Puro y goloso deleite.
