Más de un centenar de personas se concentró ayer ante el Ayuntamiento de Teulada para denunciar las condiciones en las que están en la Marina Alta los perros de caza. «No hablamos de un problema singular, sino generalizado», advirtió Grace Boas, de la protectora Pluto, la convocante de la protesta. Dijo que en la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana hay inscritos unos 43.000 cazadores. «No sabemos cuantos perros tienen por la falta de control de los registros. Pero, por nuestra experiencia diaria, sí sabemos que muchos viven en condiciones pésimas, no salen del recinto salvo para cazar, carecen de microchip, no tienen las vacunas y no están desparasitados», denunció.

Boas aseveró que los ayuntamientos sólo actúan si hay denuncia. «Los perros de caza no llegan a viejos. A los 5 ó 6 años están destrozados por la desnutrición, por las inflamaciones crónicas de las articulaciones, por dormir en suelos de hormigón, por los gusanos intestinales, los parásitos y las enfermedades contagiosas. Además, sufren entumecimiento mental por falta de actividad y de afecto humano», sostuvo.

La concentración se convocó en Teulada por un caso concreto que Grace Boas detectó el pasado mes de mayo. Se echó las manos a la cabeza cuando comprobó que un vecino tenía 14 perros podencos «desnutridos», que vivían «entre suciedad y excrementos» y que bebían «agua sucia». Lo comunicó de inmediato al consistorio. Y aseguró que la inspección de la policía local no se produjo hasta seis semanas después. «Es demasiado tiempo para una situación tan urgente».

Esta activista por la protección de los animales indicó que también ha acudido al Síndic de Greuges. También le preocupa la «delgadez extrema» de los canes. Y asegura que varios de ellos tenían el pasaporte sanitario caducado. «Alguno de los perros ha muerto afectado por parvovirus». Grace Boas denunció que el consistorio cerró el expediente el pasado 22 de enero «sin buscar soluciones, ni ayudar a nadie, ni poner una multa. Se deja pasar».

Lamentó que al ayuntamiento le bastase con el compromiso que le trasladó el dueño de limpiar las jaulas todos los días.