Los carteles afean el patrimonio. Y a veces también lo estropean. En el arco (es, en realidad, un dintel) de la puerta de la capilla del convento de las Agustina Recoletas de Dénia, se ha atornillado ahora un cartel. Se ha sujetado directamente a la piedra tosca con seis remaches. Quedará agujero. Y se tapará con masilla. El convento es de 1604.