La gamba roja voló. En apenas tres horas, la multitud que ayer acudió al Mercat de Dénia agotó casi 50 kilos de este marisco. Se vendieron unos 300 cucuruchos. A las 13 horas, los vecinots más rezagados pedían su tapa de gamba roja y ya no quedaba nada. La campaña, eso sí, sigue hoy y mañana. Todavía hay tiempo para hincarle el diente al marisco que Dénia, ciudad creativa de la gastronomía de la Unesco, ha convertido en estandarte de su cocina marinera.

La idea de vender tapas (cucuruchos con media docena de gambas) y caña o copa de vino por 2,5 euros ha triunfado. Ni los organizadores esperaban semejante avalancha de gente. La concejalía de Mercados y la Oficina de Innovación y Creatividad del Ayuntamiento de Dénia han querido aprovechar San Valentín y lanzar la campaña «enamorados de la gamba de Dénia». Este producto, está visto, levanta pasiones. Y más si, por una vez, el precio baja de las nubes.

Para hoy y mañana habrá que traer marisco a espuertas. Los 50 kilos que volaron ayer eran los previstos para los tres días.

«Ha sido espectacular, una locura», indicó a este diario Paula Febrer, que lleva uno de los tres puestos de marisco y pescado fresco del mercado. «En las ventas de pescado no lo hemos notado. La gente viene a lo que viene, a la gamba. Pero el objetivo también es difundir esta parte del mercado y fidelizar a los clientes».

El cocinero Miquel Ruiz también tiene tirón. Elaboró ante un apretujado público sencillas recetas de pescado. El chef es un habitual del mercado. Y ya había confesado que le seducía la experiencia de cocinar en un lugar con tanta historia como es la sección del «peix». El Mercat de Dénia, abierto en 1956, tiene una fuerte esencia marinera. Resisten tres paradas, Paula, Galant i Puig y la del Pòsit de pescadores.