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Memoria histórica

La Dénia progresista e intelectual sale a la luz con el archivo de la familia Serrano

Elsa y Héctor Álvarez donan al Arxiu el fondo documental de su tatarabuelo y bisabuelo

La Dénia progresista e intelectual sale a la luz con el archivo de la familia Serrano

Frente a la tramoya de la historia, la verdad íntima. Las cartas, los libros manoseados y con dedicatorias y notas, las fotografías apolilladas, el «rosebud» ya indescifrable y todos esos retazos de vida arrojan más luz sobre los tiempos convulsos que los hechos. Los archivos familiares son, por ello, un filón. El de la familia Serrano desvela una Dénia progresista, culta, intelectual y resistente durante el franquismo desde esa trinchera también íntima que se ha dado en llamar «exilio interior».

El fondo documental de la familia Serrano ya forma parte del Arxiu dianense. Ayer hicieron efectiva la donación Elsa y Héctor Álvarez Serrano, los tataranietos de Juan Serrano Martí, quien llegó a Dénia a finales del siglo XIX e inició una saga de gran importancia en la historia política, social y cultural de la ciudad.

Serrano Martí fue alcalde entre 1909 y 1911. Su hijo, Juan Serrano Patrocinio, fundó el partido republicano autónomo de Dénia y también militó en el partido comunista. Y fue alcalde en dos ocasiones durante las primeras décadas del siglo XX. Ejerció también el periodismo comprometido en el diario La Palabra. Con 23 años, escribió el libro La Ráfaga, que refleja su carácter vitalista y apasionado.

Uno de sus cuatro hijos, Juan Serrano Pons, que nació en 1912 en Argentina y falleció en Dénia en 1977, también se afilió al partido comunista y fue en la Guerra Civil capitán militar del ejército republicano. Al acabar el conflicto, estuvo encarcelado en Albatera, Alcoi, Alicante y València. Salió de prisión en 1942, pero el franquismo no le levantó la condena hasta 1951. No pudo regresar a Dénia y tuvo que establecerse en la Xara. Este médico de gran cultura ejerció una suerte de medicina social. Asistía a los enfermos de las familias más pobres.

Mantuvo contacto con Gil-Albert, Max Aub o Renau. Poseía libros proscritos de Sigmund Freud o John Dos Passos o un poemario de Miguel Hernández editado por la editorial Ifach en 1951. La donación incluye, de hecho, 196 libros que pertenecieron a este ávido lector.

Abrió en los años 60 la primera galería de arte de Dénia, que llevaba el nombre de su hija, Elia, quien fue una pionera del feminismo y un activista contra el franquismo. De Elia, ya fallecida, también hay documentos en la donación.

Vicent Álvarez, viudo de Elia y padre de Elsa y Héctor, destacó ayer que estos papeles contribuirán a «recuperar la memoria y la verdad históricas».

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