Mil personas han salido esta tarde a la calle en Pego en defensa de la naranja valenciana. La convocatoria "por la dignidad de los agricultores" era esta vez de ámbito comarcal. Unos treinta alcaldes y concejales de la Marina Alta han secundado la protesta. "Somos políticos de calle y defendemos a nuestros labradores", ha clamado el munícipe pegolino, Enrique Moll, quien ha llamado a no resignarse: "Los agricultores siempre pensamos que el próximo año nos irá mejor, pero nos va peor, y tenemos que hacer algo".

El manifiesto, leído por un representante de la Plataforma por la Dignitat dels Llauradors, exige la "garantía absoluta para la salud de los consumidores europeos respecto a los cítricos importados de países terceros". Advertía de que "se ha abierto la puerta de nuestra citricultura a la entrada de plagas y enfermedades". Y reclamaba medidas de control e inspección por parte de las autoridades españolas y europeas del correcto etiquetaje de los cítricos importados.

El manifiesto exige también a la UE y a España "medidas compensatorias para los productor citrícolas españoles" y la suspensión de las importaciones de terceros países hasta que se revisen los acuerdos comerciales y se fijen relaciones "equitativas y con la absoluta garantía de la sanidad vegetal de los cultivos europeos".