Las comisiones falleras de Dénia han tirado este año la casa por la ventana. Ya en la vorágine de la plantà se ve que los monumentos van a ser espectaculares. Els Quatre Cantons, el lugar donde el distrito Centro levanta su falla, era en la mañana de ayer una «escampada» de grandes ninots. Parecía imposible que el artista Pere Baenas y los falleros pudieran encajar, en una encrucijada que es bastante angosta, las piezas de un monumento que lleva por lema «Pantomima». Pero en las fallas se logran equilibrios imposibles. Equilibrios artísticos y económicos.

Los monumentos grandes e infantiles de las once comisiones se han ido este año por las nubes. Expertos de la fiesta fallera de Dénia precisaron a Levante-EMV que el presupuesto total de las fallas grandes e infantiles roza este año los 600.000 euros. Los monumentos de categoría especial, que son los de Baix la Mar, Centro, Oeste y París Pedrera, se sitúan, de media, en unos 60.000 euros. Mientras, los distritos de primera categoría también han echado el resto. La media de los que destacan en esta sección (Port Rotes, Diana o Saladar) está en unos 35.000 euros.

Las fallas infantiles también pujan al alza. Hay monumentos que han costado sus buenos 25.000 euros.

Está claro que lo de los premios de este año será una lucha de gigantes en toda regla. Baix la Mar, que defiende título, es la que más ha pisado el acelerador en la plantà. Confía ciegamente en su artista habitual, Josep Sanchis. El monumento lleva por lema «Qui té padrins el bategen». Mientras, Oeste le dio en la tarde de ayer un buen empujón a su falla «Malèfics», del artista Palacio i Serra. La otra falla de especial es la de París Pedrera. Su lema es «Com a Dénia a cap lloc», del artista David Sánchez Longo.

El presidente de la Junta Local Fallera, José Vicente Benavente, convino ayer que el nivel de los monumentos es este año «altísimo». Pronosticó una lucha «muy reñida».

Una novedad este año es que fallas como las de Centro u Oeste han colocado estructuras con lonas para proteger las fachadas del fuego de la cremà. Precisamente los desperfectos en una fachada obligaron a Baix la Mar a dejar hace años la coqueta calle Pont. Las comisiones no quieren líos con los vecinos.