Había acudido con su pareja a una céntrica tasca de Dénia a tomar un aperitivo y se sintió indispuesta, pero no la dejaban salir de la zona de la Glorieta de Dénia hasta que se disparara la "mascletà". Esto fue lo que le ocurrió a una joven el domingo. La chica está embarazada. Se sintió mal y le dijo a su pareja que se fueran a casa. Pero se topó, en principio, con la negativa de las fuerzas de seguridad. Le dijero que estaba a punto de comenzar el espectáculo pirotécnico y que tenía que esperar a que acabara. También le indicaron que el dueño o los camareros de la tasca le tenían que haber informado de que no podía irse hasta después de la "mascletà".

A la joven todo aquello le parecía surrealista. Se sentía indispuesta y no entendía que la retuviesen y que le tocase aguantar a la fuerza lo que más le desagradaba en ese momento, el estruendo de carcasas y petardos. Exigió su derecho a abandonar la zona. En cualquier espectáculo tiene que haber pasillos de evacuación. Finalmente, la policía local y protección civil le habilitaron un pasillo para que pudiera salir antes de que se disparara la "mascletà".

Quienes estaban en el bar entendieron que no se podía coartar en modo alguno el derecho de una persona (y más cuando está embarazada y se encontraba mal) a poner distancia respecto a un espectáculo que para alguien indispuesto puede ser una tremenda tortura. Los allí presentes abrieron pasillo a la chica y la despidieron con un unánime aplauso.