Y al sexto año Centro resucitó. Para una falla tan potente en Dénia un lustro sin rascar bola en la sección de especial es un mundo. Pero anoche se resarció. Y a lo grande. Hizo doblete. Y con el nivel estratosférico que este año hay en las fallas dianenses llevarse los dos grandes premios tiene categoría de hito. Eso sí, el distrito de Els Quatre Cantons le confió este año su falla grande a un artista acostumbrado a los desafíos. Pere Baenas, que logró lo que nadie, ganar en las fallas de València y en las Fogueres de Alacant, le ha devuelto la gloria a Centro. Su monumento, con el lema «Pantomima», es de equilibrios y acrobacias. Las figuras componen escorzos casi imposibles. El espacio, una encrucijada estrecha, obliga a este tipo de fallas de riesgo. Pere Baenas, artista de Gandia que ha dado con la fórmula del éxito, ha interpretado perfectamente la esencia de Els Quatre Cantons.

La fallera mayor de Centro, Elena Llorca, y su presidente, Tico Romany, se fundieron en un abrazo nada más se supo que su falla era la mejor. Salieron al balcón y sus falleros, abajo, en la plaza, los recibieron con cánticos de victoria. Esta falla también se llevó el galardón de ingenio y gracia.

Los premios de especial tuvieron anoche su miga. Oeste, que con «Malèfics», de Palacio i Serra, se veía como poco segunda, se llevó el tercer premio. Sus falleros se lo tomaron muy mal. La silbatina fue sonora. También gritaron «tongo». Fue una noche de tremenda decepción.

Mientras, Baix la Mar, que defendía título, se tuvo que conformar con el segundo premio. Josep Sanchis levantó el monumento «Qui té padrins el bategen». Los falleros del distrito marinero asumieron que este año el nivel era altísimo y que ganar estaba muy caro.

Mientras, Port Rotes mantiene su hegemonía en la sección primera. Se ha acostumbrado a ganar. Segunda quedó Diana y tercera Darrere del Castell.

Lo de Centro en infantil es dominio absoluto. Ayer revalidó por tercera vez el primer premio de especial. El monumento, con el lema «Día a día» y del artista de Beniarjó José Gallego Gallego, es magnífico. Repasa todas las efemérides de un año. La falla le da la vuelta al calendario en 365 días.

La fallera mayor infantil, María Ots Mut, y el presidente, Carlos Ramis, dieron un salto de alegría cuando, en el ayuntamiento, el notario confirmó que la mejor falla del año era la suya. María y Carlos salieron en volandas del consistorio. No pusieron un pie a tierra hasta que llegaron a la falla a colocar los banderines.

El monumento obtuvo 255 puntos mientras que Baix la Mar («Festegem?», de Bernardo Estela) logró 219 y París Pedrera («Per amor a l'art», de Mari Carmen Camacho y Raúl Tazo) se quedó con 198. Ese fue el podio en la sección infantil.

En primera, la campanada la dio Campaments. Por primera vez en la historia de los galardones falleros de Dénia, este distrito se llevó el gato al agua. Su falla infantil lleva el lema de «Mitológica» y es del artista Sergio Fandós. Mitológica, sin duda, fue la victoria de una falla que no acostumbra a saborear las mieles del triunfo.

Prácticamente en todos los monumentos hay un guiño a la igualdad. Las fallas participan del clamor. Sin embargo, el jurado que envió la Junta Central de València lo integraban sólo hombres. Por contra, el jurado del ayuntamiento, que concede los premios de igualdad (se lo llevó Baix la Mar), a la promoción del valenciano (Baix la Mar), a la crítica turística (Diana) y a la promoción del medio ambiente (también Diana), sí era paritario. Lo formaban tres mujeres y tres hombres. El concejal de Fiestas, Óscar Mengual, lo tiene clarísimo. València debe tomar nota.

Mientras, la falla Baix la Mar lanzó en su monumento un reto que sería un paso en firme hacía la igualdad efectiva: que la próxima presidenta de la junta local fallera sea una mujer.