Los bomberos salvaron en la tarde del jueves a un perro que quedó aprisionado en una tubería de la partida Mosquera de Alcalalí. El animal, muy dócil, no podía moverse. Estaba totalmente apresado en la estrecha conducción. Los bomberos del parque comarcal de Dénia tuvieron que ensanchar la tubería. Trabajaron con extrema delicadeza para evitar que el can resultara herido. No sufrió ni un rasguño. Eso sí, cuando se vio libre, salió corriendo y los bomberos ya no pudieron atraparlo.

Es el segundo perro que salvan de una muerte segura en los últimos días. El can de la tubería hubiera muerto de inanición. El otro rescatado se hubiera precipitado al vacío. Los bomberos recibieron el aviso primero de unos vecinos británicos y luego de otros alemanes. Estos residentes escucharon ladridos desesperados. Luego se sorprendieron al descubrir a un can atrapado en un saliente de la pared de escalada de Alcalalí, que tiene unos 50 metros de altura.

Es un misterio cómo este animal, un podenco de caza, pudo llegar a un saliente de roca de no tiene aparente acceso. El sargento de los bomberos se descolgó hasta donde estaba el perro. El animal recelaba al principio. Pero el rescatador se ganó su confianza y logró colocarle un arnés. Con la ayuda de otros dos bomberos, lo llevó hasta un lugar seguro. Cuando le quitaron el arnés, este perro también echó a correr y escapó.

En cualquier caso, los bomberos de Dénia y Benissa ya han perdido la cuenta de las intervenciones que han realizado para rescatar animales.