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Urbanismo

Calp apela a los altos alquileres para construir 918 viviendas, de las que 552 serán VPO

El programa de pisos sociales se desarrollará en 238.587 metros cuadrados que lindan con el núcleo urbano - Las fincas tendrán cuatro plantas y ático

Calp apela a los altos alquileres para construir 918 viviendas, de las que 552 serán VPO

Calp ya tiene un plan para dar oxígeno a las familias que llegan con más apuros a final de mes. Los alquileres están por las nubes. Los precios han subido de «forma desproporcionada». Además, la demanda turística provoca que los pisos que pueden pagar las familias con rentas medias y bajas sean «precarios». Todos estos argumentos aparecen en la justificación del «programa social de vivienda plurifamiliar de iniciativa pública y privada destinado preferentemente al alquiler a precios asequibles» que ha redactado el prestigioso urbanista Gerardo Roger (fue director general de Urbanismo y Territorio entre 1990 y 1995). El gobierno de Calp, del PP, se agarra a este programa para escapar de la espiral de alquileres desbocados.

El programa, que obliga a realizar una modificación del plan general, se desarrollará en 238.587 metros cuadrados de la partida de Benicolada. No todo ese suelo es residencial. Hay terciario que ahora se tendrá que calificar como urbano residencial. Esa bolsa de suelo está junto a la avenida de la Diputación. Linda con el núcleo urbano. El redactor del programa sostiene que la ciudad debe ser compacta.

Se construirá un máximo de 918 viviendas en fincas de cuatro plantas y ático. El 60 % será vivienda protegida (VPO) y el resto de renta libre. Que se promuevan pisos para el mercado libre atraerá a promotores y también, según se explica en el programa, generará «un tejido social más rico y mixtificado». En otras palabras, se quiere evitar que se formen guetos de lo que antes se daba en llamar «casas baratas».

De esos 918 nuevos pisos, 552 serán VPO (276 le corresponden al ayuntamiento y los gestionará a través de una empresa mixta) y 259 se destinarán a residencias dotacionales, es decir, se reservarán a jóvenes, mayores de 65 años y colectivos vulnerables. El consistorio establecerá las condiciones básicas de los precios de los alquileres.

Mientras, las 366 viviendas restantes serán de renta libre. Además, quedarán 40.059 metros cuadrados de superficie para usos terciarios.

Que salga adelante este programa está supeditado al preceptivo informe de sostenibilidad económica. El urbanista Gerardo Roger advierte de que hay que llevar a cabo un «riguroso análisis» del mercado y tener muy claro que la demanda de vivienda social absorberá las nuevas viviendas.

Calp es el primer pueblo de la Marina Alta que lanza una propuesta muy concreta del pisos y alquileres sociales. En los municipios del litoral los arrendamientos están por las nubes y son prohibitivos para las vecinos con salarios normalitos.

Pero también saldrán ahora voces críticas con el desarrollo urbanístico de nuevos suelos (y más en Calp que es uno de los pueblos que ha sufrido una mayor presión urbanística). Recordarán que ya hay una bolsa importante de viviendas vacías y que, en lugar de construir nuevas, se puede negociar con los propietarios para que las pongan en alquiler a precios razonables.

En cualquier caso, lo que sí es un hecho es que en la Marina Alta hay un déficit enorme de viviendas protegidas.

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