El plan estructural que entierra el crecimiento urbanístico "desorbitado" ya va camino de València. El pleno de Dénia ha dado luz verde esta mañana al documento. En realidad, lo envía ahora a la conselleria de Medio Ambiente para que emita la evaluación ambiental estratégica. Una vez superado ese trámite, el plan estructural será una realidad y el ayuntamiento se pondrá manos a la obra en realizar el plan pormenorizado.

La concejala de Territorio, Maria Josep Ripoll, ha destacado que el plan estructural rompe con los "crecimientos desorbitados" y apuesta por un modelo de ciudad "progresista, moderna, mediterránea y tranquila". "Es un plan en la línea de las ciudades avanzadas", ha dicho, y ha subrayado que el nuevo planeamiento consagra un "uso racional del suelo" y permite llenar los "vacíos" y cerrar el núcleo urbano. El documento marca un tope de 3.600 nuevas casas y un techo demográfico de 55.000 habitantes.

Ripoll ha asegurado que la nueva ciudad será "amable e inclusiva". "De 6 hectáreas de parque pasamos a 30. Ampliamos el Bosc de Diana de 3 a 14 hectáreas. Mejoramos la conectividad en autobús, tren y tranvía y el acceso al puerto".

El plan estructural lo han votado a favor el gobierno local (PSPV y Compromís) y Podemos. La oposición le ha dado en bloque un "no". PP, Ciudadanos y Gent de Dénia-Centre Unificat ya han vaticinado que la conselleria lo tumbará. Han coincidido en que el gobierno local ha introducido cambios de calado de última hora y no han estado expuestos al público. Se han referido a suelos de Madrigueres y la Giralda que en principio figuraban como rurales protegidos y que ahora han pasado a urbanizables.

El alcalde, Vicent Grimalt, del PSPV, ha asegurado que el nuevo planeamiento pone los cimientos de una "ciudad amable, inclusiva y saludable". Ha lamentado que surjan "agoreros" que ya auguren que el plan estructural pasará a engrosar la larga lista de tropiezos urbanísticos de los gobiernos de Dénia. El último PGOU que no han anulado los tribunales es el de 1972.