La frase atribuida a Lao-Tse de que en la muerte todos somos iguales no se cumple en Calp. Un juzgado de Dénia ha abierto ahora diligencias previas, que ha trasladado a la Fiscalía y a los «inculpados», el alcalde de Calp, César Sánchez, el concejal del Cementerio, Bernardo Moll, y el responsables de Recursos Humanos, Antonio Cabrera, por una exhumación realizada en el camposanto municipal el pasado 23 de enero. El juez investiga si los dos políticos y el funcionario pudieron cometer un delito de prevaricación administrativa al ordenar que se vaciara el nicho de Wilhelm Klatt, enterrado hacía 46 años, para dar sepultura a otra difunta.

Los hechos los denunció en el juzgado de guardia de Dénia el pasado 29 de marzo el secretario general del PSPV de Calp, Marco Bittner. Aseguró que fue testigo en el cementerio de un hecho que luego acreditó que era «del todo punto ilegal». Contempló, según relata en la denuncia, cómo dos funcionarios del cementerio arrancaban la lápida de un nicho y sacaban «urgentemente» el féretro. Allí reposaban los restos mortales de Wilhelm Klatt.

Bittner sostiene en la denuncia que conoce los trámites de las exhumaciones y que antes de realizarla hay que notificarlo a la familia o, en caso de no dar con ningún allegado, publicar un edicto o colocar un aviso en el nicho que debe estar expuesto por un plazo no inferior a un mes. «Pero parecía que aquella exhumación se realizaba de forma clandestina y con máxima urgencia». Además, advierte Bittner, Klatt adquirió antes de morir el nicho y, por tanto, el derecho a ocuparlo se prolongaba durante 99 años.

El secretario general de los socialistas calpinos siguió tirando del macabro hilo. La fallecida que iba a recibir sepultura en ese nicho, precisa el denunciante, era la abuela del jefe de Recursos Humanos. En la tumba de al lado está enterrado el abuelo. Bittner advierte que esa familia tiene «mucha influencia política en Calp» y colige que «su intención era que los esposos descansaran juntos, por lo que en connivencia con el propio alcalde, amigo íntimo de la familia, y el concejal del Cementerio ordenaron la exhumación ilegal».

El socialista argumenta también que «llegó a sus oídos» que la encargada del camposanto recibió presiones del alcalde y Moll para abrir y vaciar el nicho de Wilhelm Klatt.