Ha bastado un año para que el castillo de Dénia recuperara una estampa tradicional totalmente perdida. Los pinos lo habían invadido todo. Se optó primero por plantar cien cepas de uva moscatel en dos bancales. Al tiempo se restauraron los muros de piedra en seco, declarados ahora Patrimonio de la Humanidad. Ahora se han plantado viñas en tres bancales más. Por tanto, son ya cinco las terrazas de cultivo en las que los viñedos han empezado a brotar con fuerza. Este año ya se vendimiará en el castillo. Será una cosecha anecdótica. Pero las primeras uvas evocarán el tiempo de la pasa.

Las fotografías antiguas del castillo desvelan que durante años funcionó como una gran finca de producción de uva moscatel. Ese pasado cobra ahora vida. La fortaleza ha recuperado el paisaje perdido de la pasa.