La Cova Tallada esquivará este verano la masificación turística. La regulación de acceso ha llegado justo a tiempo. El director general del Medio Natural, Antoni Marzo, firmó el pasado 27 de mayo la resolución que fija las medidas para preservar la riqueza natural y cultural de esta gruta que está en el término de Xàbia pero a la que se llega por una senda que arranca en les Rotes de Dénia. La limitación es cristalina. Sigue a rajatabla las conclusiones del estudio de capacidad de carga que se realizó hace algo más de un año, cuando ya era evidente que la avalancha de visitantes que soportaba la cueva acabaría arruinando sus valores medioambientales y patrimoniales.

La resolución establece que no se puede sobrepasar el techo de 71 visitantes simultáneos. Cada día podrán entrar en la cueva 482 personas. Ni una más.

El límite por tierra (senderistas) es de 370 al día. Las franjas horarias están definidas. De 9 de la mañana a 10 y media, accederán un máximo de 43 personas. Cada hora y media hasta las 14:30, entrarán 57 visitantes. Y a partir de las 15 horas y hasta las 20:30, se permitirá el acceso de 71 excursionistas cada hora y media. Por la tarde, los senderistas ya no tienen que compartir la cueva con los turistas que llegan en kayak.

Para visitar la Cova Tallada, será necesario formalizar una reserva previa. Sólo será válida para el día y tramo horario indicado. Se acabó lo de improvisar una excursión a esta gruta en parte artificial (parece cortada a cuchillo, ya que fue una antigua cantera de piedra tosca) y que es uno de los lugares más bellos y sorprendentes del litoral valenciano.

La restricción de acceso se aplicará ya el 15 de junio. Estará vigente hasta el 30 de septiembre. Por tanto, la maquinaria de control debe ponerse en marcha a contrarreloj. La resolución deja claro que la dirección general del Medio Natural habilitará los medios para que se cumpla la restricción de visitantes. Precisa que serán los agentes con competencias en medio ambiente, las policías locales de Dénia y Xàbia y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado los que «velarán» para evitar que la cueva sea un coladero de excursionistas. La mayoría de los turistas son de natural obstinado y hace falta un agente con autoridad para pararles los pies.

Las empresas de turismo activo también tendrán que acomodar las excursiones en kayak a la restricción del acceso. Por mar no podrán llegar al día más de 112 personas. Las franjas horarias son en este caso de una hora. La limitación es de 8 de la mañana a 15 horas. El tope de excursionistas en kayak a la hora será de 14, excepto entre las 9 y las 11 horas, que se abre un poco la manga y podrán entrar cada hora 21 personas.

La restricción obedece a una «necesidad científica» (así se subraya en la resolución). El alud de visitantes estaba dañando este frágil ecosistema. Además, ni la senda ni el acceso a la gruta son sencillos. Ocurrían accidentes día sí y día también.