Una semilla cambia la historia. La primera excavación arqueológica realizada en el promontorio del Cap Prim de Xàbia (tuvo lugar a finales del pasado año) constató que aquí, a 51 metros sobre el nivel del mar, existió un poblado en la Edad del Bronce en el que hubo una intensa actividad metalúrgica (se documentó un horno y se hallaron un crisol y moldes de piedra de fundición). Las cerámicas, que presentaban decoraciones incisas e impresas, situaban el yacimiento en el Bronce tardío. Pero aparecieron en niveles superficiales. Y dan una datación engañosa.
Los arqueólogos que llevaron a cabo esta excavación, Joaquim Bolufer, Joan de Déu Boronat, Marco Aurelio Esquembre y Ferran Lloret, le tienen fe a los microhallazgos. Encontraron una semilla de «tritricum monococcum», que es el trigo cultivado más antiguo del mundo. Se empezó a sembrar en Mesopotamia entre el 10.000 y el 7.000 antes de nuestra era. También se conoce como espelta pequeña. Es la única variedad diploide (sólo tiene dos juegos de cromosomas).
Este grano de trigo hallado en el Cap Prim podría tener una antigüedad de 4.000 años. Por tanto, el primer asentamiento sería del periodo campaniforme, del inicio de la Edad de Bronce. Una simple semilla remueve la cronología.
Con todo, Joaquim Bolufer, que es también el director del museo Soler Blasco de Xàbia, se muestra cauto. «Tenemos que esperar las dataciones de radiocarbono que nos darán la cronología absoluta de los primeros momentos de la ocupación del Cap Prim», advirtió ayer. Esas dataciones llegarán en un par de semanas. Las está realizando un laboratorio especializado de Miami.
En cualquier caso, Bolufer sí está convencido de que la primera ocupación del yacimiento es más antigua de lo que hasta ahora se creía. La excavación realizada a finales de año fue la primera. Los arqueólogos encontraron los primeros niveles muy removidos. El yacimiento, de hecho, era conocido. Ya en 1929 J. Senent efectuó una primera exploración en superficie y concluyó que debía datarse en «la edad de los metales».
Es imprescindible que los arqueólogos lleven a cabo nuevas excavaciones. El Cap Prim cierra por el sur la bahía del Portitxol, un lugar riquísimo en arqueología e historia. Fue en la prehistoria un punto clave en la navegación de cabotaje en el Mediterráneo.
